"EL MARAVILLOSO DESPERTAR DE LA CONSCIENCIA"
Por Sergio Lipp (Nº 96)
EL OBSERVADOR OBJETIVO
Hace mucho tiempo que hago algo, que les recomiendo hacer. Observo
“desde afuera” todo lo que me rodea, todo lo que veo, leo o escucho. Y así,
queridos amigos, es que logro mantenerme en equilibrio y armonía, y así también
logro no contaminarme con el afuera.
Vivimos rodeados de demasiada “mala información”, es como si todo el
tiempo nos bombardearan con cosas negativas. La mayoría de las personas cae en
esa trampa, que solo les hace mal, es como si a cada instante se ensuciaran con
malos pensamientos, el dolor ajeno, los probables problemas, etc.; la economía,
la política, la educación, la religión, la salud y hasta el deporte, termina
siendo un problema. Y así, no se dan cuenta que en realidad, sea lo que sea, se
encuentra fuera de uno mismo. ¡Si pudieran darse cuenta!
La más pura verdad es que: NO EXISTE NADA MÁS IMPORTANTE QUE OCUPARNOS
DE NOSOTROS MISMOS.
Pero no estoy hablando de lo superficial: cambiarse de ropa, mostrarse
en sociedad de una determinada manera u obtener logros materiales. Estoy
hablando de no dejarse arrastrar por lo externo, de ocuparse de estar cada vez
mejor, de sentir, en definitiva de lograr un verdadero bienestar espiritual.
Simplemente porque cuando logramos ese estado, obtenemos como consecuencia, vivir
plenamente, aplicar en mayor medida nuestra sabiduría interna, estar felices y sanos (porque mantenemos en alto nuestro
sistema inmunológico), y por sobre todas las cosas, logramos vivir en el
presente. Es hora de que nos demos cuenta, que estando bien nosotros, no solo
nos mantendremos más equilibrados y en armonía, sino que le daremos a quienes
nos rodean lo mejor de nosotros mismos. Todo se contagia en esta vida, lo malo,
desde ya, pero también lo bueno... por eso la sonrisa es tan contagiosa.
Por otra parte, tenemos que preguntarnos ¿para qué nos sirve tanta
basura mental?, en realidad solo para
estresarnos, desconfiar, deprimirnos, enfermarnos y confundirnos.
Se puede vivir sin que en la mayoría del tiempo nos afecten las cosas,
pero por supuesto, somos nosotros los que tenemos que lograr que no nos afecte.
Ya lo decía el maestro Jesús: “Hay que ser del mundo sin ser del mundo”. Ya es
hora que nos demos cuenta que no existe nada más primordial que evolucionar, y
no estoy hablando de crecimiento material o profesional, sino de crecimiento
espiritual.
Nuestra vida solo tiene sentido cuando le hacemos caso a nuestra alma,
y a nuestra alma, no le importa lo material. Todos nacemos y vamos a morir,
inexorablemente. Y cuando nos vayamos, ¿acaso creemos que nos van a preguntar qué
bienes tuvimos, cuanta fama o éxito alcanzamos o si fuimos muy buenos en
nuestro trabajo o en nuestra profesión? No... Simplemente tendremos que hacer
un exámen de consciencia sobre qué es lo que hicimos para evolucionar, y por
sobre todo, que hicimos por la humanidad.
Ojalá puedas experimentar, como yo, que maravilloso bienestar se siente
cuando uno logra que no lo afecte el exterior y se quede con su increíble
estado de paz interior. Y sé que no es fácil cuando todo el tiempo nos están
bombardeando, pero es posible. Para ello, tenés que hacer un trabajo diario y
no olvidarte, que es el siguiente: tenés que lograr ser un observador objetivo.
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