lunes, 1 de octubre de 2012


EL MARAVILLOSO DESPERTAR DE LA CONSCIENCIA

Por Sergio Lipp (Nº 95)


LA FELICIDAD NO SE BUSCA... SE ENCUENTRA


Una vez le preguntaron a un sabio: ¿cómo se busca la felicidad? Y el maestro, mirando
detenidamente a su discípulo, respondió: - La felicidad no se busca, se encuentra.
No es únicamente la sumatoria de lo que el ser humano denomina momentos felices, aunque estos se encuentran dentro de lo que podemos considerar la felicidad, si no que es un concepto mucho más profundo, porque es un estado del ser. Tampoco se puede comprar, como si se pueden comprar los momentos felices, ya que estos se relacionan con la
adquisición de algo material o la satisfacción de algún deseo, considerando desde ya que es grato e importante satisfacer. No tiene nada de malo disfrutar de un viaje, una buena cena, una reunión, una fiesta, el sexo, entre de infinidad de cosas que se nos puedan ocurrir, pero en verdad todo esto no alcanza para “ser feliz”. Esto es un gran error del ser humano, porque siempre está buscando hacia afuera lo que ya tiene dentro.
Tampoco el dinero o el poder nos van a dar la felicidad. Si este fuera el verdadero camino, los millonarios, los poderosos, o las prostitutas, entre otros, serían los más felices y esto por supuesto no es así.
¡Y qué hablar de la inteligencia, la mente y la personalidad! ¿Acaso los más inteligentes o los que tienen una fuerte personalidad son más felices? Tal vez, sea totalmente lo contrario. Y si no, observemos a las personas con síndrome de Down, ¿acaso no están siempre  felices?
La Felicidad es un patrimonio exclusivo de nuestra alma; los sentidos, solo pueden servir para mostrarnos cosas que nos gustan, pero si solamente nos quedáramos con ellos todo sería muy efímero y luego de disfrutar de ese momento, nos quedaríamos tan vacíos como estábamos antes.
El ser humano busca siempre llegar a obtener lo que él considera la “frutilla de la torta” y no se da cuenta que de lo que se trata es de ser capaz de disfrutar toda la torta, deleitándose también con la frutilla.
El secreto es descubrir y ser capaz de disfrutar del solo hecho de vivir, de levantarse a la mañana y dejar que entren los rayos del sol, escuchar el canto de un pájaro, sentir el latido de tu propio corazón, sentirse pleno y agradecido, amarse a sí mismo como uno es (con sus propios aciertos y también sus errores), sonreír más, pensar menos, observar como la naturaleza sigue su curso pese a que el hombre sigue intentando modificarla, y por sobre todas las cosas, lo más importante que existe y que el hombre olvidó en algún rincón, y es, que uno nace para ser feliz y que ello significa : ser uno mismo. Y nunca lo que la sociedad, la lógica humana, la familia, las estructuras o el deber ser,  determinan que uno sea.
Ser uno mismo, significa hacer y ser lo que nos dicta nuestro corazón, y entonces, y solo entonces, será nuestra verdad cuando alguien nos pregunte: ¿cómo estás?, responder desde el fondo de nuestro corazón y absolutamente en forma natural: ¡FELIZ!


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