APRENDIENDO A VIVIR EN UN NUEVO MUNDO
(Nº 96) Por Ruth Ross
TIEMPO DE SENTIR Y PERCIBIR
¡Cuánto tiempo, cuanta vida, cuanto desgaste nos llevaba el tratar de
remar siempre nuestro bote, el tratar de controlar los pasos a seguir, para ir
cumpliendo paso a paso lo que nuestra mente y nuestro ego creían que era lo
mejor para nosotros en la vida!.
Luego, muchos de nosotros,
corroboramos cada vez más que somos muchos más de los que creíamos ser, a lo largo y a lo ancho de todo nuestro amado
planeta. Y que llegó el momento de darnos cuenta de que las cosas no eran por
el lugar del “pensar” sino más bien por el del “sentir y percibir” y comenzamos
a vivir nuestras vidas de otra manera.
Siempre siendo conscientes de que llegaría un momento culmine de todo
lo que veníamos trabajando con tanto amor, con tanto ahínco. Y ese tiempo llegó
y está aquí y es este precioso presente.
El aquí y ahora que a mí me encuentra escribiendo en la computadora la columna correspondiente al mes de octubre
y que vos leerás en tu “aquí y ahora” cuando llegue el momento y este presente
ya se haya convertido en mi pasado.
Ser conscientes. Vivir en entrega. Vivir el esplendor. Vivir sin preocupaciones, con ACEPTACIÓN,
expandiendo continuamente la LUZ Y EL AMOR, que están albergados en nuestro
corazón. Agradecer cada instante, cada respiración, cada momento de esta vida,
haya sido bueno o malo según nuestro punto de vista humano, pero siendo
conscientes de agradecer, porque cada momento nos ayudó a pararnos en el lugar
en el que hoy estamos y nos ayudó y ayuda a ser quienes somos. Siendo
conscientes y agradecidos de que cada persona que interactuó junto a nosotros
en algún momento de nuestra vida, participando en esta gran obra de teatro
universal, con el personaje requerido para la gran trama de nuestra existencia,
lo ha hecho para nuestro mayor bien, para nuestro total aprendizaje y
expansión.
Viendo pasar de largo a muchas personas que estuvieron muy cerca
nuestro y que hoy deben seguir su camino, ya que su crecimiento personal las
sitúan lejos de nosotros y de nuestra energía.
Aliviar la carga emocional, nuestros miedos, nuestros viejos sistemas
de creencias y limitaciones, que nos mantenían aferrados a una realidad que no
era real, que era condicionante y que solo nos aferraba a la tercera dimensión.
Entregar, soltar, vaciar nuestra mochila… Para permitirnos ver y saber que en
nuestro aquí y ahora, y luego de tantos años de “control”, de tantos años de
sentir que teníamos que ocuparnos de “hacer”, para manifestar lo que necesitábamos,
ahora llegó el maravilloso tiempo de sentir el remanso que da el
recostarse en paz en la palma de la mano de Dios, el remanso que da
entregar por completo la totalidad de la vida al Universo. El ver las
manifestaciones y los regalos de la luz materializados casi aún antes de que
nuestros pensamientos, deseos o necesidades pudieran llegar a esbozarlos.
Las sincronicidades están a la orden del día. De la nada aparecen los
pequeños y los grandes “milagros” que producen encuentros, reencuentros y
acercamientos a aquellas personas que por alguna razón no contemplada por
nuestras mentes, teníamos que conocer o teníamos que conectar, o bien, tenían
alguna solución para algún problema que nos pudiera estar ocurriendo, y recíprocamente
de nosotros hacia los demás. Es simple,
tan solo tenemos que estar vacios y dispuestos a oír, a ver, a sentir, aquello
que el Universo nos quiere decir o mostrar.
Quítate los pesos, desátate las ataduras que te retienen y que no te
dejan encontrar el mundo maravilloso que se está empezando a vislumbrar.
Apresúrate a soltar tu mochila, apura tu paso en la liberación de tu ser,
porque todo lo que puedo asegurarte es que no hay palabras humanas para
describir la magnificencia y el esplendor
de este momento, si es que te lo permites vivir.
Ojalá no te lo pierdas!!!
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