Ante un grupo de niños un hombre narró la siguiente historia: había un niño cuyo padre era un entrenador de caballos de pocos recursos, cuyos ingresos le alcanzaban solo para sustentar la escuela de su hijo. Un día el profesor les pidió a sus alumnos que escribieran una meta soñada para cuando ellos fueran adultos. El joven elaboró siete paginas donde exteriorizó sus sueños, entre los que estaban ser dueño de un rancho, deseo en el que puso todo su corazón y se lo entregó al profesor.
Después de dos días el maestro le devolvió su trabajo, reprobado, y una nota en la que le decía que quería verlo después de clases . Cuando el chico fue a verlo , le dijo que era un sueño poco realista, ya que él no tenía los recursos necesarios y que provenía de una familia pobre, además el profesor le comentó que si insistía con los trabajos pocos realistas lo iba a reprobar.
Cuando el joven volvió a casa y le preguntó a su papá como podía hacer el trabajo, el padre le contestó que era la decisión de él.
Finalmente decidió entregar el trabajo sin hacer ningún cambio, y le dijo al profesor : “usted puede quedarse con mi mala nota que yo me quedaré con mi sueño”.
Al concluir su relato miró a los niños y les dijo: miren, aquí estoy , sentado en la casa de mis sueños. Lo mejor de esta historia es que hace 2 años el profesor trajo a 30 niños a visitar mi rancho y al salir me comentó - yo he quitado el sueño a muchos niños, por suerte tú tuviste la suficiente fortaleza para no abandonar el tuyo.
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