Parece todo tan lejano… Y fueron solamente diez, quince años, desde el momento mismo de mi despertar. Momentos donde la comprensión por el todo comenzó a fluir y la vida fue cobrando un sentido de profunda realidad. Momentos en los cuales supe que no era simplemente una sufriente mujer ama de casa e hipocondríaca, sino que estaba aquí en la Tierra para despertar, para darme cuenta y para ser una de las tantas y tantas piezas del gran rompecabezas celestial que llegó a la Tierra para transformar el mundo.
Juro que en un principio sentí que no podía ser posible que yo, una mujer común, tuviera tan grande privilegio, tan profunda responsabilidad… Pero, sin embargo y, no sin algo de temor, transité con alegría junto a mi esposo y a mis hijos por la senda verdadera evolucionando dentro del camino espiritual.
Fue por aquel entonces que empezamos a tener certeza de los grandes cambios que acontecerían en la humanidad, en nuestra Gaia, en nuestro Cosmos… Fue en aquel momento cuando empezamos a escuchar y a comprender el verdadero significado de 2012.
En estos años hemos venido transitando tantos y tantos aprendizajes, personales y familiares, junto a nuestros hermanos del camino, junto a los Seres de Luz que nos acompañan.
Hemos vivido y vivimos momentos de entrega total y absoluta a nuestra misión de luz.
Momentos de crecimiento, de expansión, de reencuentro con uno mismo y con el Todo.
Hemos vislumbrado apenas una puntita de cómo será la Nueva Tierra y nuestra mente humana nos llevó humildemente a pensar que teníamos muy claro como se desarrollarían los cambios, como serían los procesos, como se darían cada uno de los acontecimientos… Más, he de reconocer que de golpe la intensidad de los tiempos, los vértigos reinantes en la vida en general, los procesos impresionantes que cada uno de nosotros está vibrando tanto a nivel individual, como familiar y luego como sociedad o humanidad, nos llevó de mirar con nuestros ojos de la tercera dimensión en los que aún nos encontrarnos, a darnos cuenta que los nuevos sucesos transitan en la quinta dimensión y que es desde allí desde donde los cambios personales o generales están aconteciendo.
Por lo tanto, nos es imposible intentar ver con nuestra mente, como sigue la partida, porque el tablero y las fichas que somos se han modificado considerablemente. Todo fluye, todo ocurre casi sin darnos cuenta y transforma de plano nuestro mundo… Todo simplemente es y el vértigo de este proceso de este cambio es tan pero tan profundo y rápido, que no hay quien pueda pararlo.
Es como si de golpe hubiéramos dejado de ser fichas planas para cobrar una dimensionalidad en todos nuestros cuerpos… solo que la percepción es tan profunda que no logramos darnos cuenta aún de todo el proceso que se está produciendo en y con nosotros. Y, en cuanto al tablero del juego… de golpe, dejó de ser un simple tablero apoyado en una mesa para tener una tremenda profundidad, expandir su vibración y crecer dimensionalmente. Nuestro tablero y nosotros flotamos , reímos y bailamos transitando este juego… Nuestros Seres Superiores están felices de que por fin halla llegado tan importante momento a nuestras vidas, el momento de los cambios reales, definitivos, esos por los que hemos venido a trabajar… Pero, nuestra mente humana, nuestra personalidad, no alcanza a darse cuenta de cómo sigue este juego. La velocidad y la situación es mucho más increíble de lo que se nos hubiera ocurrido nunca jamás con nuestra mera mente humana. Más amig@ este cambio de tablero, esta nueva forma en las fichas que somos, este no saber y esperar con alegría cada nueva manifestación de cambio, cada regalo que nos trae la Luz y el Universo, es lo mejor que a cada uno de nosotros nos puede pasar. Es por eso que aunque no tenga idea de cómo sigue este juego, ser parte me hace feliz, y sé, que el final de la partida nos conducirá a la perfección Divina y a la felicidad, así que está bueno seguir jugando, bloqueando nuestra mente por completo e invitando a participar constantemente a la guía divina de nuestro Ser Superior.
¿No te parece?
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