(De: www.hermandadblanca.org)
No hay puertas cerradas, sólo el no saber de sus existencias.
No hay obstáculos en el camino, sólo el no saber de tu potencial.
No hay limitaciones en tu ser, sólo él no recordar quién eres.
No hay desamor en tu vida, sólo miedos que liberar.
No podemos avanzar según nuestros deseos, a menudo, pero no es por la
impotencia que el azar me ha señalado con el dedo, sino por ignorar mi
responsabilidad ante las oportunidades. No existen las lamentaciones cuando
dejamos que nuestro corazón nos guíe. Puras lamentaciones manifestadas debido a
nuestro pasado han permitido valorar aquello que no es. Desgracias, penas,
desigualdades, todo forma parte del desconocimiento de nuestra existencia.
Cuando nos identificamos con nuestro entorno, nuestro pasado, entonces
todo se gira según lo establecido desde el amor: Lamentaciones basadas en la
creencia de nuestra incapacidad para poder seguir el camino deseado.
Lamentaciones, creadoras de situaciones limitadoras que aumentan nuestras
creencias de escasez e impotencia. Todo procede de nuestra mente, de nuestra
identificación con lo establecido según nuestro entorno.
No hay nada establecido. No hay nada previsto. El camino está libre y
dispuesto a ser amueblado según nuestra voluntad. Cuando ésta es consciente en
nuestro ser, entonces, nada debemos de cuestionar, porque la dirección a seguir
depende de nosotros. Somos nosotros quienes andamos y damos los pasos hacia la
luz de nuestro sentir.
Cuando ahogamos el corazón, nos ahogamos a nosotros mismos por
inutilizar la brújula de nuestra alma y el empoderamiento divino que hay en
cada uno.
No hay tristezas ni lamentaciones mentales, por lo tanto, nada puede
interferir en aquello que nos propongamos. Ignorar este potencial de proponer y
materializar, nos lleva al acantilado del fin de nuestro camino tal como lo
estábamos haciendo hasta aquel momento.
No hay vaso medio vacío, solo la oportunidad de decidir. Una
intencionalidad adosada a nuestra capacidad de elegir el camino y nuestra
cualidad al pasar por él: Libre albedrío. Nos fue dado para llegar a este punto
de reflexión donde os encontráis y decidir una nueva dirección a seguir.
No hay fracaso, sólo valor y éxito.
No es el resultado lo valioso de nuestra existencia, sino el proceso
para llegar a la realización. Ésta es el resultado de nuestra actitud y
aprendizaje durante el camino. El proceso es lo importante en nuestras vidas. El
resultado es una consecuencia de él.
No esperéis ver resultados. ¡Sentid el resultado en vosotros!
No esperéis ser amados. ¡Sentid el Amor en vosotros!
Hay un camino que tu alma debe seguir. Tú diriges el timón. Pon las dos
manos en él y déjate llevar por el corazón. Él te guiará en los momentos de
niebla y poca visibilidad. Confía. El camino está libre para ti. No pienses,
¡siente!
Navegando entre aguas no conocidas no es motivo para parar tu barca y
quedarte quieto, dejando de avanzar. Más
allá de todo dolor acumulado a lo largo de tu viaje, se halla la luz de tus
sueños.
Tu alma vibra cuando ve que empiezas a descartar la penumbra en ti y
tus dudas.
Tu alma se reconforta cuando sientes el amor en ti y te dejas llevar
por esa luz que solo tú ves en la dirección adecuada. Síguela y no te
cuestiones si es el camino de tu auto realización. ¡Sigue! La voz de tu corazón
te llevará.
No hay oscuridad, sólo el desconcierto de tu ser ante lo nuevo y lo que
no controlamos.
Déjate llevar por aquello que sientes y lo demás……..ya vendrá.
Deja de querer seguir un camino adecuado sin margen de flexibilidad.
Deja que la vida te lleve por el sendero propicio para tu ascensión.
No esperes dolor, sí los regalos, las oportunidades que te van a
ofrecer para llegar allí donde debes de llegar, según lo pactado con
anterioridad.
Deja tu mente a un lado para sentir quien eres tú en verdad y poderte
manifestar con toda tu magnificencia ante el mundo. No para impresionar, sino
para abrazar desde el amor a aquellos que necesitan de tu existencia, empezando
por ti primero.
No es importante proponerse metas, sí, en cambio, el sentir el amor y
la realización en tu interior. Cuando esto lo sientes, entonces sentirás el
bienestar en ti.
Nada más que amor hay en ti para liberar tu vida anterior.
¡Siente! ¡Vibra! ¡Emociónate! con aquel quien tú eres. Aquello que
vendrá a continuación de estos sentimientos hará que dejes de pensar con la
parte de vida que hasta ahora no ha ido como tú querías.
Amor atrae amor.
Liberación abre las puertas de toda sanación.
Recordar nuestra esencia elevará nuestra alma hasta llegar a la
divinidad que cada uno de vosotros sois. No hay más. Tú eres el principio y el
fin de tu vida. Tú eres la Fuente de la cual emana toda creación en ti. Deja
que el agua de la vida, procedente de la Fuente Universal, te lleve por el
caudal que te encuentras. Coge tu timón y sigue a tu corazón. Si miras a través
de él, verás que no estás solo en la barca. Rodeándote hay la Luz de tus
hermanos del Hogar que siempre te han acompañado a cada paso de tu proceso,
incluso, junto a ti se han encontrado en los momentos de más aparente soledad.
Siempre han estado allí y acá, ahora contigo.
Mira bien la barca. Mírala desde el corazón y también verás a otros
seres de una Luz más intensa. Sí, son ellos, algunos de los Maestros
Ascendidos. Todos tenemos “más afín” a alguno de ellos.
Tu vida es parte de los Designios Superiores del Universo. Eres parte
importante de la Gran Voluntad Divina. ¿Por qué crees que, a pesar de todo,
todavía estás aquí, habiendo llegado hasta el presente? Porque todavía tienes
la oportunidad de abrir tus brazos, tus manos y aceptar el empoderamiento de tu
ser.
No hay humanidad permanente. Llega el día que dejamos nuestra condición
humana y la
transmutamos por aquel quienes somos en verdad: divinidad manifestada.
Este es el camino de estos tiempos. Las puertas del potencial divino se han
abierto de par en par:
¡A D E L A N T E!, puedes pasar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario