Las energías que se perciben en nosotros mismos y en el entorno más
cercano y más lejano, son bastante pesadas en estos momentos. Las caretas van
cayendo una a una como las capas de una cebolla, dejando al descubierto el
verdadero rostro de la realidad, mostrando quienes somos y quienes son los
demás. La maya está llegando a su fin, pero para eso, tanto la ilusión propia
como la ajena se aferran con uñas y dientes a través de los egos heridos y
mutilados para sostenerse en un mundo que va iluminándose cada vez más y más con
el inmenso e intenso reflejo de la luz.
Días pasados, recibí desde mi Ser Superior un mensaje que habla de
estos tiempos y de cómo tenemos que estar para vivir esta intensidad con total
excelencia de nuestro Ser.
“Permanecer en el aquí y el ahora en estos momentos en que todo parece
mutar hacia lo nuevo es la premisa de vivir en paz, sosiego y felicidad.
Aceptando los nuevos comienzos, las actuales realidades que acompañan
nuestro ser. Todo fluye, todo nos guía, nos transporta y nos sitúa en el lugar
y momento exacto a donde nuestro ser tenga que estar para continuar su gran
proceso metamórfico.
Cada vez todo es menos lo que parece, y siempre el momento y lugar a
donde la energía de la luz nos sitúa, termina siendo mucho más maravilloso que
cualquier cosa que hubiéramos imaginado con antelación para nosotros y nuestro
futuro inmediato.
De pronto sentimos que casi sin darnos cuenta podemos ser el pasado y
el futuro dentro de este mismo instante mágico en que todo se une, se sana, se
ilumina, se llena de amor. En el pulso de una respiración simplemente “somos”
la luz de la verdad divina sostenida en cada latido de nuestro corazón. En cada
respiración, en cada palabra. El sol está vivo en nuestro ser, como lo está la
luna, la Gaia en su integridad con cada uno de nuestros hermanos que aquí
habitan y también el Cosmos en su totalidad. Somos la expansión divina de
nuestro ser. Simplemente “somos” mucho más de lo que siempre hubiéramos creído
ser.
Pero“somos”.
Y… cuando descubro que “Soy” la felicidad es completa. Siento la
perfección, vivo la perfección, canalizo perfección, vibro perfección, respiro
perfección, expando perfección, entrego perfección, agradezco perfección.
Soy una en este inmensurable Cosmos. Soy una fluyendo en el éter de la
vida, en el intenso regocijo que es este vivir. Un logro místico que me ha
traído a esta encarnación para reencontrarme aquí con cada pedacito de quien
fui, de quien soy y de quien seré. Para reencontrarme también con todos
aquellos que han vibrado en este canto de luces mágicas en distintas etapas
evolutivas junto a mí. Para cantar juntos esta nueva canción y para bailar
juntos esta danza. La danza de la reunión, de la entrega, del renacer y la
sanación. La danza mágica de la ascensión humano planetaria. El baile que nos
lleva a recordar nuestros tiempos juntos en tantos lugares, empezando en muchos
casos desde la misma Lemuria.
Somos los que fuimos y los que seremos.
Somos la intensidad misma brillando en el éter de la vida, entregándonos
al servicio cósmico de la evolución. Entregándonos a los cambios y a fluir con
la vida. A creer, a sentir, a ser.
La liberación proviene de lograr separarnos por completo de nuestra
mente inquisidora que todo lo ve y todo intenta saber, escudriñando a través de
diferentes emociones que intentan hacernos perder el eje que nuestra verdadera
realidad.
Pero somos mucho más que eso… SOMOS EL TODO!!!
Soy y somos la profundidad de la vida borbotando de luz a nuestro
alrededor.
Soy, somos la expansión divina desde mi misma, desde nosotros hacia
todo el que dirijamos nuestra atención.
Soy luz, soy paz, soy amor
Simplemente YO SOY!!!
¡NAMASTÉ!!!!
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