¡SOY FELIZ! Todo pasa y estoy en paz. El mundo da vueltas a mí
alrededor. Es como estar viviendo dentro de una olla en ebullición en el
momento exacto en que el gran hervor hace caer la tapa para afuera. Así está el
vértigo actual, así se observa como uno a uno los hechos se están sucediendo en
nuestro planeta y no hay nadie que quede inmune de un cambio, de una
transformación.
Estar aquí y ahora es una real oportunidad de crecimiento evolutivo.
Sobre todo el estar vibrando sin involucrarse de los hechos que se suscitan y
que modifican continuamente nuestros planes o los de la sociedad.
Es el momento de “dejar de echar culpas a los demás, de dejar de
echarnos la culpa”. Estamos en el tiempo de “darnos cuenta” que todo lo que
ocurre es por algo, para algo, aunque cuando ocurre no logremos entender el
motivo. No hay culpables en los gobiernos del mundo de lo que está ocurriendo
en cada pueblo, ciudad, país… Y me refiero a que todo lo que está pasando
responde a un plan divino en donde todas las máscaras están cayendo, toda la
verdad va saliendo a la luz y todo está quedando totalmente expuesto y al descubierto
para que tomemos consciencia de los cambios. Tenemos que aprender a mirar más
allá, y eso es vibrar en la quinta dimensión. No quedarnos solamente con lo que
quieren que veamos, sino poder afrontar la verdad con nuestros propios ojos.
Nuestra casa, me refiero a nuestro cuerpo físico y todos los otros
cuerpos que nos componen (mental, emocional, espiritual…) así como nuestra otra casa, que es la Tierra, están en
completa ebullición, tal como si fuéramos la olla. Nuestro proceso es hacer que
todo lo que ya no tiene que estar con nosotros o con la humanidad, salga
afuera, deje de pesarnos, deje de molestar. Y eso es lo que vamos observando
por doquier.
El mundo se está transformando. Y como te digo siempre, quien quiera
ver que vea. Tengo la esperanza de que vos, que mes a mes lees esta revista y
lees esta columna, seas de los que puede ver con alegría y agradecimiento este
gran momento, esta gran oportunidad de expansión y
crecimiento. Tenemos que lograr aceptar estos procesos constantes que
nos llevan a metamorfosear nuestra vida. Tenemos que aceptar que en realidad somos
seres de luz que hemos llegado a la Tierra con el simple objeto de cumplir una
gran misión. Tenemos que asumirnos como hermanos de todo. Tenemos que saber que
somos uno con la Divinidad. Tenemos que estar
dispuestos a “no saber” lo que va a pasar y a estar completamente
entregados a que la magia y los milagros divinos lleguen para ir mostrándonos
el camino por el que debemos transitar. Todos esos cambios nos llevan a
encontrarnos con la mirada curiosa de nuestros niños internos que vibran estos
momentos con total felicidad. Es el momento de permitir que el Universo nos sorprenda
con cada uno de sus regalos. Es el momento de recordar cuales son nuestros
sueños de vida y permitir que el Universo nos los plasme en manifestación
milagrosa.
Es tiempo de vibrar con la luz y con el amor!!! Es el momento de
alejarnos por completo de los miedos!!! Siempre recuerda que si vibras con los
miedos, la tristeza y el dolor, estás trabajando con la oscuridad y si logras
vibrar con la aceptación, con la luz, el amor, el agradecimiento y la paz,
entre otras cosas, estás trabajando con
la Luz Divina en la quinta dimensión. Así que solo puedo sugerirte que te animes
a dar tu gran salto evolutivo. Ese que te llevará a cometer la gran locura de
SER FELIZ, de reencontrarte con tu verdadera esencia y de SER. Ese salto que te
llevará a entregarte verdaderamente a la luz, confiando plenamente en que solo
la Luz te traerá todas las maravillas que necesitas para tu viaje. Solo tienes
que entregarte, confiar, agradecer y esperar que la nueva función se despliegue
para vos, en tu vida.
En lo personal, quiero contarte que la gran transformación está
llegando de la mano de mis hijos. Ellos están avanzando en su camino. Durante
este mes de junio, nuestra hija mayor estará haciendo un gran viaje de
aprendizajes y evolución. Un viaje que también la ayudará a sanar y a cerrar
círculos. Y a su regreso, para el siguiente mes, se estará recibiendo de la
carrera que está estudiando.
Nuestro hijo nos está enseñando cada día lo que es plasmar los sueños y
lograrlos. Y la más pequeña, cada día nos va regalando más y más muestras de su
sabiduría y crecimiento.
Aquellos adultos que no pueden bajarse del caballo para permitir que
los niños, que los jóvenes, les muestren el nuevo camino a seguir, pierden lo
mejor y más sublime que se vibra en estos tiempos planetarios. Ellos se perderán
descubrir la maravilla del nuevo viaje. Pero, como todo es una cuestión de
elección, cada quien está en esta vida para elegir qué y cómo hacerlo, si
elegir evolucionar o permanecer estáticos dentro de la misma vieja estructura.
Este es un momento en que las generaciones que nos siguen, traen la
transmutación al mundo.
¡Dejémonos guiar por ellos y por su sabiduría!
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