(De: www.luzysabiduria.com)
Tres personas iban caminando por una vereda de un bosque:
Un sabio con fama de hacer milagros, un poderoso terrateniente del
lugar, y un poco atrás de ellos y escuchando la conversación, iba un joven
estudiante, alumno del sabio.
Poderoso: “Me han dicho en el pueblo que eres una persona muy poderosa,
inclusive puedes hacer milagros”.
Sabio: "Soy una persona vieja y cansada... ¿cómo crees que yo
podría hacer milagros? " .
Poderoso: "Pero me han dicho que sanas a los enfermos, haces ver a
los ciegos y vuelves cuerdo a los locos...esos milagros sólo los puede hacer
alguien muy poderoso”.
Sabio: "¿Te referías a eso?, tú lo has dicho, esos milagros sólo
los puede hacer alguien muy poderoso...no un viejo como yo; esos milagros los
hace Dios, yo sólo pido se conceda un favor para el enfermo, o para el ciego,
todo el que tenga la fe suficiente en Dios, puede hacer lo mismo”.
Poderoso: "Yo quiero tener la misma fe para poder realizar los
milagros que tú haces...¡ muéstrame un milagro para poder creer en tu Dios!
" .
Sabio: "Esta mañana, ¿volvió a salir el sol?”.
Poderoso: "Si , claro que sí !! " ...
Sabio: "Pues ahí tienes un milagro... el milagro de la luz”.
Poderoso: "No, yo quiero ver un verdadero milagro, oculta el sol,
saca agua de una piedra... mira! , hay un conejo herido junto a la vereda,
tócalo y sana sus heridas" ...
Sabio: "¿Quieres un verdadero milagro? , ¿no es verdad que tu
esposa acaba de dar a luz hace algunos días?
Poderoso: " ¡¡ Sí!! Fue varón y es mi primogénito”.
Sabio: "Ahí tienes el segundo milagro... el milagro de la vida”.
Poderoso: "Sabio, tú no entiendes, quiero ver un verdadero
milagro... "
Sabio: "¿Acaso no estamos en época de cosecha?, ¿no hay trigo y
sorgo dónde hace unos meses sólo había tierra? .... pues ahí tienes el tercer
milagro”.
Poderoso: "Creo que no me he explicado, lo que yo quiero... (El
sabio lo interrumpe).
Sabio: “Te has explicado bien, yo ya hice todo lo que podía hacer por
ti si lo que encontraste no era lo que buscabas, lamento desilusionarte, yo he
hecho todo lo que podía hacer " ...
Dicho esto, el poderoso terrateniente se retiró muy desilusionado por
no haber encontrado lo que buscaba.
El sabio y su alumno se quedaron parados en la vereda.
Cuando el poderoso terrateniente iba muy lejos cómo para ver lo que
hacían el sabio y su alumno, el sabio se dirigió a la orilla de la vereda, tomó
al conejo, sopló sobre él, y sus heridas quedaron curadas; el joven estaba algo
desconcertado.
Joven: "Maestro, te he visto hacer milagros como éste casi todos
los días, ¿por qué te negaste a mostrarle uno al caballero? ¿Por qué lo haces
ahora que no puede verlo? " .
Sabio: "Lo que él buscaba no era un milagro, era un
espectáculo. Le mostré tres milagros y
no pudo verlos... Para ser rey, primero hay que ser príncipe, para ser maestro
primero hay que ser alumno... no puedes pedir grandes milagros si no has aprendido
a valorar los pequeños milagros que se te muestran día a día.
El día que aprendas a reconocer a Dios en todas las pequeñas cosas que
ocurren en tu vida, ese día comprenderás que no necesitas más milagros que los
que Dios te da todos los días sin que tú se los hayas pedido".
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