HIBERNANDO (Nº 111)
Estamos transitando un nuevo año, y con él, una nueva posibilidad de
comenzar a reescribir en las páginas en
blanco que tenemos por delante, nuestra historia, la de nuestro planeta y la de
cada uno de los seres que lo habitan.
Entramos en enero de 2014. ¿Cómo pasó esto? ¿Cuándo llegamos hasta
aquí? El tiempo corre tan vertiginosamente que no llegamos ni a darnos cuenta
de cómo vienen o van las cosas. Y mucho más, cuando nos situamos en la vida como
observadores de los acontecimientos que fluyen tanto para nosotros como para
nuestra Gaia y nuestra humanidad.
Tal como siempre te cuento, yo escribo mi columna unos días antes de
que empiece el mes en el cual será leída. Por lo cual, este escrito tiene la
particularidad de conectar todas las líneas de tiempo: pasado, presente y
futuro, como si fuera una: el aquí y el ahora…
Entonces haciendo un repaso: en el transcurso de diciembre hemos visto
destaparse todo lo malo de la sociedad de nuestro país, cual una olla en
ebullición, cual un volcán en erupción. Sin entrar en opiniones políticas,
puesto que de eso nada tiene que ver esta nota, sucede que en estos tiempos
todo lo oscuro y todo lo malo tienen que salir a la luz. Toda la verdad tiene
que ser manifestada. Y de la misma manera que cuando uno limpia su casa,
primero debe ensuciarla más de lo que estaba. Eso está pasando en nuestro país,
pero también a lo largo y a lo ancho de nuestra Tierra, y si miramos para
adentro, encontramos esa misma ebullición a nivel personal, que nos muestra
cosas que creíamos totalmente superadas y nos enfrenta a nuestros fantasmas
para que terminemos de limpiarlos y sanearlos.
Ahora bien. Voy a expresarte mi estado actual, correspondiente al mes
de diciembre, el cual seguramente para cuando leas esta columna ya habrá mutado
a una siguiente y aún más feliz etapa evolutiva.
“Siento que estoy completa y absolutamente suspendida en el tiempo. Que
la vida pasa simplemente y yo estoy allí como etérea, casi como una observadora
plena de todo lo que me rodea y de aquello que circunscribe cada momento vital.
La cosa es que, el punto preciso del centro del infinito me tiene
parada en su centro con la constante repetición de: “no sé quién soy, hacia
donde voy, para qué, por qué o cómo sigue mi existencia”. Pareciera que la obra
de teatro continúa, pero de golpe esta actriz que soy en el juego de la vida,
se sentó a observar, a des-cansar, a esperar, a fluir.
Si tengo que darte un ejemplo coherente, te diría que es como si en
este hoy que transito me encontrara
“hibernando” o fuera los puntos suspensivos de algún texto. El estado que tengo es el de simplemente
“estar”.
Acepto este tiempo. Este aquí y
ahora. Estos procesos que estoy viviendo.
Puesto que Yo Sé que Yo Soy la Perfección Divina y sé que todo esto es para mi mayor bien. Sé
que cada uno de estos procesos me llevan a subir un escalón más de esa gran,
gran escalera evolutiva, que me conduce
a la quinta dimensión. Es así que bendigo estos momentos de gran crecimiento y
fortalecimiento interior”.
Por lo cual amig@ si te has encontrado o te encuentras en la misma
situación, no te deprimas, no te estreses, no te sientas mal. Simplemente
déjate estar. Entrégate por completo al amor divino y permítete simplemente ser. Los procesos que
el Universo nos está entregando para nuestra perfección, para nuestro
crecimiento, no suelen ser los más
fáciles y cómodos. El tiempo de la comodidad y del facilismo han quedado sepultados
de la mano de la tercera dimensión, de los espejitos de colores y de aquellos
que aún quieren continuar soñando en la Maya. Para aquellos que sabemos cómo
son las cosas realmente y que estamos muy AGRADECIDOS por estar PRESENTES en estos momentos, todo lo que
necesitamos ante cada uno de estos procesos, situaciones o regalos de
crecimiento que se nos pone por delante, no es otra cosa que la
ACEPTACIÓN. Cuando logras “aceptar” todo
lo que te toca transitar, logras procesar con mayor facilidad y produces tu transformación casi sin sentirla.
Entonces te deseo que tengas una excelente hibernación llena de luz,
amor y crecimiento.
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