domingo, 26 de enero de 2014

"APRENDIENDO A VIVIR EN UN NUEVO MUNDO" Por Ruth Ross

HIBERNANDO (Nº 111)

Estamos transitando un nuevo año, y con él, una nueva posibilidad de comenzar a reescribir  en las páginas en blanco que tenemos por delante, nuestra historia, la de nuestro planeta y la de cada uno de los seres que lo habitan.

Entramos en enero de 2014. ¿Cómo pasó esto? ¿Cuándo llegamos hasta aquí? El tiempo corre tan vertiginosamente que no llegamos ni a darnos cuenta de cómo vienen o van las cosas. Y mucho más, cuando nos situamos en la vida como observadores de los acontecimientos que fluyen tanto para nosotros como para nuestra Gaia y nuestra humanidad.

Tal como siempre te cuento, yo escribo mi columna unos días antes de que empiece el mes en el cual será leída. Por lo cual, este escrito tiene la particularidad de conectar todas las líneas de tiempo: pasado, presente y futuro, como si fuera una: el aquí y el ahora…

Entonces haciendo un repaso: en el transcurso de diciembre hemos visto destaparse todo lo malo de la sociedad de nuestro país, cual una olla en ebullición, cual un volcán en erupción. Sin entrar en opiniones políticas, puesto que de eso nada tiene que ver esta nota, sucede que en estos tiempos todo lo oscuro y todo lo malo tienen que salir a la luz. Toda la verdad tiene que ser manifestada. Y de la misma manera que cuando uno limpia su casa, primero debe ensuciarla más de lo que estaba. Eso está pasando en nuestro país, pero también a lo largo y a lo ancho de nuestra Tierra, y si miramos para adentro, encontramos esa misma ebullición a nivel personal, que nos muestra cosas que creíamos totalmente superadas y nos enfrenta a nuestros fantasmas para que terminemos de limpiarlos y sanearlos.

Ahora bien. Voy a expresarte mi estado actual, correspondiente al mes de diciembre, el cual seguramente para cuando leas esta columna ya habrá mutado a una siguiente y aún más feliz etapa evolutiva.

“Siento que estoy completa y absolutamente suspendida en el tiempo. Que la vida pasa simplemente y yo estoy allí como etérea, casi como una observadora plena de todo lo que me rodea y de aquello que circunscribe cada momento vital.

La cosa es que, el punto preciso del centro del infinito me tiene parada en su centro con la constante repetición de: “no sé quién soy, hacia donde voy, para qué, por qué o cómo sigue mi existencia”. Pareciera que la obra de teatro continúa, pero de golpe esta actriz que soy en el juego de la vida, se sentó a observar, a des-cansar, a esperar, a fluir.

Si tengo que darte un ejemplo coherente, te diría que es como si en este hoy que transito me encontrara  “hibernando” o fuera los puntos suspensivos de algún texto.  El estado que tengo es el de simplemente “estar”. 

Acepto este tiempo.  Este aquí y ahora. Estos procesos que estoy viviendo.

Puesto que Yo Sé que Yo Soy la Perfección Divina  y sé que todo esto es para mi mayor bien. Sé que cada uno de estos procesos me llevan a subir un escalón más de esa gran, gran escalera evolutiva,  que me conduce a la quinta dimensión. Es así que bendigo estos momentos de gran crecimiento y fortalecimiento interior”.

Por lo cual amig@ si te has encontrado o te encuentras en la misma situación, no te deprimas, no te estreses, no te sientas mal. Simplemente déjate estar. Entrégate por completo al amor divino  y permítete simplemente ser. Los procesos que el Universo nos está entregando para nuestra perfección, para nuestro crecimiento,  no suelen ser los más fáciles y cómodos. El tiempo de la comodidad y del facilismo han quedado sepultados de la mano de la tercera dimensión, de los espejitos de colores y de aquellos que aún quieren continuar soñando en la Maya. Para aquellos que sabemos cómo son las cosas realmente y que estamos muy AGRADECIDOS por estar PRESENTES en estos momentos, todo lo que necesitamos ante cada uno de estos procesos, situaciones o regalos de crecimiento que se nos pone por delante, no es otra cosa que la ACEPTACIÓN.  Cuando logras “aceptar” todo lo que te toca transitar, logras procesar con mayor facilidad y produces  tu transformación casi sin sentirla.
Entonces te deseo que tengas una excelente hibernación llena de luz, amor y crecimiento.

 ¡Namasté!









No hay comentarios:

Publicar un comentario