Estamos estrenando un nuevo año. Este 2015 llegó para mostrarnos un
camino nuevo para seguir, una oportunidad de crecimiento que nos rebelará
desconocidas puertas para entrar. Un mundo lleno de luz, una nueva Tierra que
se afianza cada vez más y que nos espera para brindarnos todo lo que queramos
aprovechar para nuestro propio crecimiento y evolución. El sentimiento que
hemos tenido, por lo menos voy a hablar
de Sergio, de mí y de otros tantos hermanos del camino, hacia fines del 2014,
fue el de sentirnos siendo el todo y parte del todo, pero a la vez un estado de
no ser, de no saber, de no pertenecer.
Un estado de entrega total que nos hace permanecer simplemente fluyendo
hasta que lo inesperado, aquello que la luz nos entrega para nuestro
crecimiento personal, fluye ante nuestros ojos, ante nuestras vidas,
sorprendiéndonos cada día en mayor medida.
Es en estos momentos precisos en los cuales el Universo nos está
otorgando la posibilidad real de manifestar en el aquí y el ahora, el esplendor
de nuestros sueños. Estamos ante el lugar en el que siempre quisimos estar,
cosechando los frutos que hemos ido sembrando en cada uno de nuestros momentos
evolutivos. Este es el instante en que el esplendor nos muestra con intensidad
el nuevo camino a seguir para concretar nuestros sueños más profundos.
La posibilidad de reencontrarnos con aquellos que alguna vez hemos sido
y que la vida y los
aprendizajes nos habían hecho guardar en el cofre de los recuerdos.
Estamos dejando entrar una nueva luz de esperanza y renacimiento en
nosotros mismos, y en nuestra búsqueda espiritual.
Nada está ni estará estático nunca más. Eso te lo vengo diciendo desde
hace bastante tiempo.
Todo muta, continuamente, pero en esta oportunidad, debemos prestar
total atención a las sincronías que el Universo presenta ante nuestros ojos,
puesto que será con ellas, como si fuera un mágico juego de la búsqueda del
teso-ro, que iremos encontrando las pistas que nos acerquen a nuestra tan
ansiada meta.
La crisálida que nos contiene poco a poco se está rompiendo y nuestras
alas empiezan a desplegarse, preparándose para el gran vuelo hacia la libertad
y plenitud del ser. En esta Nueva Tierra, en la que somos y lo seremos aún más,
esos espíritus verdaderos sin máscaras, sin mentiras y sin ataduras. Pudiendo
ser, sentir y vivir tal cual siempre lo hemos soñando. Sin tener que ir empujando con fuerza para
obtener lo que necesitamos. Si no más bien, viendo con alegría como todo lo que
necesitamos nos llega, casi sin necesidad de pedirlo.
La nueva realidad ya está plena y lista para nosotros. Este año es el
año de transitar de lleno en ella, con todo, y borrando por completo todos
nuestros miedos, creencias y limitaciones que en el pasado pudimos haber tenido
con respecto a la concreción de nuestros sueños.
Este es el momento de hallar la paz y el regocijo interior.
Este es el momento de lograr encontrar un camino diferente en nuestra
vida, el que nos conduzca hacia las puertas más grandes, aquellas que la luz
nos ilumina con grandes letreros dorados diciéndonos:”entra, no tengas miedo,
tu vida nueva comienza a partir de este momento. Un gran cambio se aproxima a
tu vida y a la de tu familia que traerán un gran regocijo y fiesta para sus
almas. El momento tan esperado y merecido por ustedes ha llegado por fin, ahora, solo les resta
¡disfrutarlo!”
Así que, como nuestros guías de la luz nos decían “LO MEJOR ESTÁ POR VENIR”… Ahora ya
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