LOS CICLOS , LA ACCIÓN Y REACCIÓN Y EL EFECTO RESORTE (Nº 105)
Todo en la vida son ciclos que van y que vienen; y estos son
ondulantes, toman impulso, tienen su momento de expansión y luego decaen,
volviendo al mismo punto de donde surgieron. Más o menos como un resorte.
Cuando hacemos fuerza comprimiéndolo, este saldrá disparado con mucha fuerza
para luego inexorablemente volver a su posición original.
Todo en la vida es como lo que las leyes físicas denominan “ley de
acción y reacción”, cada acción que hacemos produce una reacción en
consecuencia. Y esto es en el plano de las realidades físicas, las que son
tangibles por nuestros sentidos, pero también sucede lo mismo de acuerdo a las
intangibles, las que no se pueden ni ver ni tocar, pero que sin embargo, marcan
y conducen la vida de todos y de cada uno de los seres humanos, de nuestro
planeta y del Universo entero. Leyes universales, por ejemplo, como la de
“causa y efecto” determinan lo que nosotros llamamos pasado, presente y futuro.
Cada acción, pensamiento o decisión que tomemos en cualquier momento de nuestra
vida inexorablemente tiene una consecuencia que va a modificar nuestro futuro a
cada instante, por ello es que también lo estamos cambiando todo el tiempo,
pero así mismo es verdad que lo que es mejor para nosotros también lo podemos
modificar conscientemente si queremos. Por algo los orientales nos dicen
aquello de que el más pequeño aleteo de una mariposa, produce modificaciones en
todo el Universo.
Aunque a nosotros nos parezca imperceptible y no podamos percibirla,
cada pieza de este complejo Universo está unida y concatenada a otra, cada
movimiento por pequeño que sea, produce un reacomodamiento de las infinitas
piezas de aquel engranaje al cual pertenecemos.
Decía anteriormente que podemos conscientemente modificar nuestro
futuro, y para ello, es prioritario que comencemos a “leer” los ciclos de una
vez, por lo menos de alguna manera, aunque no podamos ver la totalidad. Decía
que cada ciclo es ondulante y tiene un impulso, una expansión y una
contracción, como si fuera un resorte. Por lo tanto, si aprendemos a percibir
en que momento y lugar nos encontramos en este preciso instante, podremos
favorecernos con el movimiento ondulante. Si en este momento sentimos que estamos
como en una expansión, si alimentamos lo que estamos haciendo, será el momento
preciso para acrecentarlo. Es como alimentar una racha positiva. Pero si
estamos en un período donde todo se contrae, lo que deseamos lograr se
posterga, no tenemos eco en nuestras acciones, por ejemplo, muy probablemente
será mejor que tranquilamente esperemos a que pase ese ciclo y que vuelva a su
origen.
Si somos capaces de sentirlo, también sabremos que luego llegará el
instante mágico en el cual podremos tomar fuerza para lanzarnos a correr, y es
en ese instante donde también podremos comenzar a cambiar de dirección como
apuntando hacia otro lado, también existe la posibilidad de seguir en la misma
dirección, entonces simplemente deberemos fortalecerla con más fuerza aún.
El efecto resorte se cumple siempre, como el día y la noche, las mareas
que van y vienen, el ying y el yang, las leyes físicas y las leyes universales.
Solo es una cuestión de aprender a leer los tiempos que uno va viviendo a cada
paso y moverse lo más coherentemente posible con esa energía, y no con los
meros deseos humanos que nos llevan muchas veces a la no concreción y al desgaste
excesivo.
Todo tiene que ver con la lectura correcta de los tiempos y de la
energía que se mueve con ellos.
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