Cuando creas que todo está perdido… simplemente deja de
pensar por un instante y levanta tu mirada hasta el cielo.
Déjate llevar por el recorrido de una nube cualquiera, sigue
el aleteo de los pájaros, observa los rayos del sol iluminando todo, siente la
suave brisa del viento golpeando tus mejillas. Si es de noche, contempla la
luna que siempre está sonriente, distráete con el titilar de alguna estrella y
quien te dice, por ahí justo se te cruza una estrella fugaz.
Luego, solo piensa que en la vida siempre hay una solución,
recapacita sobre cómo es que llegaste hasta este momento, cuantas cosas pasaron
hasta hoy, cuanto es lo que superaste que en ese instante creíste no poder.
Por último recuerda que Dios o en lo que creas nunca nos va
a dar una carga más pesada que la que podemos soportar, aunque si, es cierto,
en cada uno de esos momentos nosotros no confiamos en superar lo que nos está
sucediendo. A diferencia de Él que si sabe que sí.
Y nunca te olvides, que la vida se vive dirigiéndose hacia
adelante, nunca para atrás por eso nuestros ojos están al frente, así como
nuestros pies.
No hay comentarios:
Publicar un comentario