Segunda Parte
LOS DESIGNIOS DEL FUTURO
Érase un hombre que sabía que podía adivinar el futuro con mucha
claridad.
Era continuamente consultado por la lectura perfecta que hacía, él
cerraba los ojos, se dejaba llevar y leía claramente el libro de la vida de la
persona. Pero era muy común que muchas cosas no pasaban como él les decía a
quienes lo consultaban.
Un día llegó una mujer que le reclamó airadamente por-que casi nada de
lo que él le había predicho se había cumplido, a lo que el sabio respondió: “yo
no me equivoqué. Cuando viniste a verme, en ese preciso instante ese era tu
futuro; pero no te olvides que Dios nos dio el libre albedrío, con este, cada
decisión que tomes, modifica constantemente tu futuro. Por eso, en realidad no
se puede predecir el futuro. Este cambia constantemente, porque continuamente
las personas toman distintos caminos. Es tan sabio esto, que Dios nos demuestra
a cada instante, que nuestra vida en realidad es como una página en blanco, que
cada día puede ser llenada y renovada. Eso es para que podamos aprender de
nuestros errores, experimentar nuevas cosas y cambiar lo que no nos ha gustado.
En realidad deberías estar agradecida porque tu futuro no fue como yo te he
dicho, porque así puedes cambiarlo nuevamente. Triste son, en verdad, aquellos
seres humanos y que son la mayoría, que creen que vienen a este mundo para no
poder cambiar nada y estar como en una prisión, cumpliendo la pena de vivir su vida,
aferrados constantemente a los designios de su existencia, como si fuera un
castigo y así, se van de este mundo sin haber aprendido nada.
¿QUIÉNES SOMOS EN REALIDAD?
¿Cómo podemos saber qué tenemos que cambiar, qué camino tenemos que
seguir, qué decisiones tomar, si nunca nos
cuestionamos quienes somos en realidad?
Si todo el tiempo de nuestra existencia hemos aprendido y nos convencimos
que somos “esa” personalidad y “ese” ego que nos acompaña, porque es lo que
aflora primero, desconociendo por completo a nuestra alma, no dándole la
mayoría de las veces la mínima oportunidad de exteriorizarla. Nunca podremos
responder acabadamente esa pregunta básica. Entonces, como consecuencia, es
como si toda la vida viviéramos equivocados, construyéndonos a nosotros mismos
basados en otra realidad que no es la nuestra. Y de ahí, la infelicidad, el
estrés, la confusión, la depresión, la incomodidad, el sacrificio y tantos
otros sentimientos y emociones encontradas.
La única verdad, es que vivimos toda nuestra vida como si esta fuera un
teatro, el gran teatro de la vida, con múltiples actores, todos representando
el papel de su vida, y la mayoría absolutamente convencidos que los distintos
roles que le tocan representar son “su vida”, cuando en verdad son solo “roles”
que están para ser representados, muchas veces durante toda su existencia, pero
no son la vida. Nuestra vida, en realidad, es mucho más vasta, profunda e
importante, tan simple porque nuestra alma es mucho más vasta, profunda e
importante. Dentro de nuestra alma podemos hallar nuestra sabiduría interna, y
con ella, solamente con ella, ya nos daremos cuenta que lo que creemos que
somos, en realidad es para desempeñar nuestros roles, pero somos mucho más que
eso.
Por ello, solamente cuando podamos darnos cuenta es que hallaremos la
auténtica verdad de quienes somos en realidad.
LA TRAMPA DE DIOS
Cuentan que un remoto origen, todos éramos perfectos y estábamos unidos
con el “Todo”. Y entonces, Dios creó un planeta llamado Tierra, y nos hizo a
todos diferentes, para que
encontráramos, con el libre albedrío que nos otorgó, cada uno un camino
distinto, pero para que cada uno descubriera para qué estaba en este planeta. Y
entonces, nos dio los sentidos para que pudiéramos percibir el exterior, y
escondió dentro nuestro lo más sabio con lo que contamos. Y entonces, el hombre
se dedicó especialmente a vivir para el exterior y a remarcar nuestras propias
diferencias, sin comprender que lo que tenía que buscar era lo que nos unía y
nunca lo que nos separaba, y por sobre todas las cosas encontrar su propia sabiduría
y percibir los sentimientos más puros que llevaba dentro suyo. Y el hombre
siguió andando distraído por la vida durante mucho tiempo. Sin embargo, siempre
hubo seres humanos que pudieron descubrir “la trampa de Dios” y les habló a los
otros sobre el amor, la verdad, la felicidad, la unión y tantas cosas más, y el
hombre, descreyó de todo esto.
Hoy llegó el momento de descubrir definitivamente quienes somos y para
qué estamos. Solo basta con mirar para adentro.
EL EVENTO MÁGICO
Había llevado muchos años, pero finalmente, gran parte de la humanidad
se había puesto de acuerdo. Se había decidido que el 12/12/12 a las 12 hs.
sincronizadas perfectamente en todo el planeta, los seres humanos detendrían lo
que estarían haciendo, toda acción, todo movimiento. Simplemente por el término
de un minuto cerrarían los ojos en absoluto silencio y solo tendrían
pensamientos positivos.
Durante ese lapso sonreirían en paz sintiendo amor y solo
experimentarían energía positiva. Le habían puesto de nombre “El Evento Mágico”
y sabían que si lograban que lo llevaran a cabo las dos terceras partes de la
humanidad, a partir de ese instante el mundo daría un salto evolutivo
transformándose en un mundo de paz y de amor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario