domingo, 23 de noviembre de 2014

APRENDIENDO A VIVIR EN UN NUEVO MUNDO Por Ruth Ross

   CASI COMO EN EL PASADO, PERO NO ES EL PASADO 
(N° 121)

A nivel vibratorio planetario estamos parados ante un punto de no retorno. Un sitio del cual saldremos fortalecidos,  pero jamás volveremos a ser los mismos que hemos sido. Estamos viviendo las instancias de despojarnos por completo de nuestra mente y de nuestras emociones. Y gran parte de los guerreros, de los servidores de la luz, nos encontramos transitando casi un espejo de algún momento del pasado, para vivirlo de otra manera o aprobar alguna que otra materia que nos pudiera haber quedado pendiente anteriormente. Es casi como en el pasado, pero no es el pasado. Se parece en casi todo, pero no es lo mismo, y sobre todo, nosotros no somos los mismos que en aquel momento. Todo parece suspendido en el tiempo. No sabemos cuándo se terminará esta situación. Solo sabemos en lo más profundo de nuestra alma, que desde aquí el salto cuántico que daremos será tan esplendoroso que nos llevará a dar uno de los cambios más importantes de nuestra vida terrena. Un giro tan transformador que nos mostrará un nuevo y maravilloso yo, adonde todo lo asombroso, lo mágico, lo inesperado,  es y será posible.
Desde hace algún tiempo, cada día de nuestras vidas se viene presentando de ese modo. De algo  estoy  segura, muy segura, y es que si en el pasado salimos airosos de toda esta situación, de todo este aprendizaje, y aún no habíamos llegado al punto de evolución que hoy manifestamos, al finalizar todo este proceso saldremos con mucha más sabiduría, fortaleza y plenitud que en aquel momento.
Pero mientras tanto tenemos que obrar con entrega, con paciencia, con fortaleza de espíritu.
Tenemos que poder mantenernos en nosotros mismos, escuchando solo nuestra voz interior, sin dar cabida a las voces del afuera  o a los miedos de los otros. Tenemos que poder pasar este examen universal de la mejor manera y con las más altas notas, ya que eso es lo que se espera de nosotros, si no, esta prueba no la tendríamos ante nuestros ojos.
Hasta aquí, ante cualquier circunstancia, sabíamos que podíamos tener un plan A de organización, de preparación, de guía; pero en estos tiempos, el plan A cambia constantemente, ya que las realidades van mutando  como nunca en nuestras vidas y entonces el plan A que nos hubiera servido en un momento determinado, ya no nos servirá en otro, adonde toda nuestra perspectiva quedó exactamente del otro lado del que teníamos enfocados nuestros planes.
Mientras tanto, si damos prioridad a nuestra voz interior, vamos a ir recibiendo pequeñas guías para este gran juego de la vida que estamos jugando. Y cuando prestamos mucha atención a esas señales, por ejemplo, nos encontraremos escribiendo alguna carta desde lo más profundo de nuestra alma o estudiando algo nuevo.  Pequeñas grandes acciones que en el hoy pueden parecer meramente intrascendentes, pero que sin embargo pueden estar contribuyendo a llevarnos al gran cambio que sentimos que tiene que ocurrir, aunque nosotros no sepamos aún contestar las preguntas: ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Cómo? ¿Por qué? ¿Para qué?
Más allá del agobio que puede ocasionar este momento a la mente de cualquiera, lo importante es, como te vengo diciendo, centrarse en uno mismo, escucharnos continuamente, descansar mucho y muy profundamente, tomar mucha agua para nutrirnos, pasar tiempo en contacto con la naturaleza, entregarnos a la creatividad, soñar, etc.
No mires las noticias ni programas que alteren tu cuerpo emocional, ya que todo está preparado energéticamente para crear miedo. Escucha música tranquila, aquella que te eleve espiritualmente y te ayude a encontrarte fundido en un abrazo cósmico con tu Ser Superior y tus guías espirituales.
Evitá cualquier tipo de resistencia, porque si no, en lugar de encontrar la salida, solo te meterás cada vez más dentro de un laberinto sin escapatoria.
Vibrá en paz, sentí la paz, expande la paz dentro tuyo y desde ti hacia el exterior, y entonces podrás superar estos tiempos y danzar la melodía de vivir la vida sin saber, sin proyectar, sin pensar, solo confiados y con fe.
 ¡Namasté!


No hay comentarios:

Publicar un comentario