JUGANDO UN NUEVO JUEGO (Nº 107)
La frase ¡qué tiempos estos! que te vengo repitiendo una y otra vez, se
intensifica a medida que los acontecimientos se van sucediendo y, nuestra vida
en evolución, va teniendo cada vez más forma consciente de los cambios.
Estamos en un punto de no retorno. Un momento de gran intensidad en el
que percibimos continuamente la separación energética entre los seres humanos.
Aquellos que eligen vibrar desde la tercera dimensión, con sus permanentes
miedos, tristezas, victimizaciones o, por el contrario, aquellos que sentimos
que ya nuestro Planeta cambió, que es otro el lugar a donde estamos viviendo, a
donde todo lo que nos planteemos desde la luz, será posible. En estos tiempos,
cosechamos ampliamente todas aquellas semillas que alguna vez hemos plantado, y
también sembramos semillas nuevas que vemos florecer prácticamente de
inmediato. Estamos parados en un lugar sorprendente en el que encontramos
puertas totalmente inesperadas y desconocidas ante nuestros ojos, invitándonos
a jugar un nuevo juego, uno que hasta apenas unos minutos antes no hubiéramos
imaginado como posible en nuestro mundo personal. Puertas que nos descubren una
experiencia llena de color, magia, esplendor, que se nos presenta como la gran
cosecha de tantos y tantos años de entrega, de esfuerzo, de camino.
Nuevos desafíos, nuestra responsabilidad ante la misión que hemos venido a cumplir es puesta a prueba una y otra
vez.
¿Realmente somos capaces de atravesar esa nueva puerta? ¿Realmente
somos capaces de hacernos cargo de penetrar muy hondo, profunda y confiadamente
en ese nuevo Universo personal que la luz nos propone? ¿Somos capaces de
aceptar que somos nuevas personas y por lo tanto, lo desconocido es y será
nuestra diaria prioridad?
En lo personal, agosto ha traído a mi vida, “mi renacer”, la
posibilidad de un nuevo comienzo, ya que cumplí mis 52 años y esta es, según
los Mayas, la fecha en que uno ya pasó por toda la rueda de los aprendizajes,
llega a la edad adulta y está listo para volver a transitar de nuevo las
lecciones que trajo desde el nacimiento,
teniendo la oportunidad de dejar totalmente aprobado su ciclo terrestre en esta
vida.
Vivo mis 52 años con una especial alegría y felicidad. Pero además,
durante el mes pasado me he adentrado por completo en algo muy nuevo en mi vida.
He encontrado la luz detrás de una puerta abierta que me invitaba a
cumplir con una nueva misión y me convocaba a adentrarme en un nuevo desafío.
Siento el éxtasis de descubrir cada día con los deslumbrados ojos de una niña.
Contemplo con la juguetona inocencia de esa pequeña que fui, las nuevas
postales llenas de luz y color que me invitan a ser parte de su majestuosidad.
Agosto ha sido un mes por demás fructífero y maravilloso en mi vida y
sé que septiembre lo será aún más.
Yo estoy lista, confiada y entregada para lo que venga, porque sé que
lo que el Universo me quiera enviar, será lo mejor para mí, aquella situación
sobresaliente para mi crecimiento y evolución. Acepto y agradezco. Estoy
preparada para descubrir el nuevo mundo que me espera detrás de la puerta.
Estoy preparada para encontrar los milagros, los acontecimientos extraordinarios
que se me irán presentando en este, el mundo físico.
¿Y vos? ¿Estás list@? Sinceramente, espero que sí!!!
NAMASTÉ!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario