martes, 27 de octubre de 2015

APRENDIENDO A VIVIR EN UN NUEVO MUNDO Por Ruth Ross

SANANDO NUESTROS PROPIOS FANTASMAS (N° 132)
Corre tan vertiginosamente el tiempo, que los procesos a los que cada uno de nosotros va siendo sometido cambian casi en un abrir y cerrar de ojos. En el día de mi ayer real, al momento de escribir estas líneas, justamente hablaba de eso con Laura, una hermana del camino. Con respecto a eso, le decía que últimamente escribo mi columna sobre sucesos energéticos vibracionales que me tocan pasar para mi propio aprendizaje, y que ya cuando la revista va a la imprenta, esos acontecimientos fueron transformados para dar lugar a nuevos aprendizajes, mucho más aún al momento en que nuestra revista llega a tus manos o encuentras la nota en el blog de internet.              
De todos modos, siento que todo sirve. Y que aquello que yo viví en algún período, puede ser tu aquí y ahora, por lo que sé que sigue siendo un referente para que veas que en estas épocas, todos estamos jugando el mismo juego.
Así que acá va lo que escribí para compartir contigo: “Si por esas casualidades, en esta etapa de tu vida te enfrentás a alguna de esas imágenes de vos mism@ que creías olvidada, sanada o evolucionada. En lugar de deprimirte, enfermarte o quedarte preguntándote ¿por qué otra vez?, ponte tu mejor traje de guerrer@ de la luz y comienza a trabajar para sanar.
Los procesos a los cuales nos somete nuestro Ser para evolucionar, son en muchos casos un desafío para nuestro crecimiento, para ver si estamos tan sólidos como creemos, si realmente tenemos todo tan claro, y la materia realmente aprobada con un diez. En estos tiempos no hay medias tintas. Si en la vida por un examen recibiste un 6; un 7; un 8; o un 9 no interesa ya… La evolución pide PERFECCIÓN y solo perfección. Se nos está pidiendo brillar  con nuestro más grande diez.
Se nos pide que podamos reconocer esa imagen nuestra que nos muestra el reflejo de nuestra sombra. Esa imagen fantasmagórica que creíamos haber perdido. Que tomemos en nuestra diestra la espada del Arcángel Miguel y que nos apresuremos a atravesarla, sin miedo, desde el amor más profundo que podamos tenernos a nosotros mismos, a todos los que nos rodean, a nuestra Gaia y a nuestra Humanidad. Se nos pide que logremos soltar por completo cualquier vestigio de dolor pasado, odio, rencor, mentira, injusticia, autoestima baja… Que podamos cortar con todo ello desde el amor más profundo e incondicional y que logremos elevar todas esas emociones que aún estaban molestándonos cual piedra atada en nuestros pies que no nos deja tomar vuelo. Es el momento de trabajar intensamente y en silencio, en nosotros mismos. Perdonándonos y perdonando desde lo más profundo de nuestro ser. Solo así llegará la sanación de los viejos fantasmas conocidos. Solo así llegarán la liberación y la ascensión. Solo así la piedra que estaba atada en nuestros pies impidiendo nuestro avance hacia arriba se soltará dejándonos elevar rápidamente, ascendiendo cada vez más.
Son momentos de recordar que todo fantasma viene a mostrarnos aquello que teníamos escondido pero que necesitaba salir a la luz para que lo veamos, lo reconozcamos y nos hagamos cargo de dar por terminado el ciclo con una real muestra de amor, perdón y sanación. Para ello es necesario que nos abracemos con cada parte de nosotros, aún aquellas que nos disgusta encontrar de manera consciente, y les pidamos que nos enseñen a reconciliarnos, a perdonarnos, a perdonar y a amarnos, amando cada parte nuestra por sobre todas las cosas como una bendición divina de nuestro crecimiento.
El recordar que todo lo que hemos vivido, vivimos y viviremos en esta encarnación ha sido
totalmente pautado por nosotros desde aún antes de encarnar, sirve para que este proceso sea más liviano teniendo la entrega y la  comprensión para traer finalmente la paz profunda a nuestros corazones”.

Namaste


No hay comentarios:

Publicar un comentario