COMO SUSPENDIDO EN TIEMPO Y ESPACIO (N° 129)
Estos son tiempos por demás extraños, extraños según mi experiencia de
vida anterior, según mis antiguos aprendizajes, en definitiva, según eran las
cosas en la tercera dimensión.
Sé que esto de lo que estoy escribiendo, no responde al parámetro de vida
de la mayoría, sino todo lo contrario. Pero también sé que esto que estoy
viviendo en el hoy lo será en algún momento para todos, de acuerdo al tiempo
exacto que cada persona necesita.
Estoy viviendo ya en la quinta dimensión, por lo menos parcialmente y
les puedo asegurar que las sensaciones y lo que uno va experimentando, no tiene
nada que ver con cómo eran las cosas en la tercera dimensión.
Siento como si estuviera maniatado con cuerdas que sujetan mis brazos y
mis piernas a una silla, obligándome a ser un mero espectador de mi propia
vida, que se presenta ante mí como en una película. No puedo moverme ni
accionar nada, y si por momentos me suelto y lo hago, no surte ningún efecto.
Es como que nada tiene el sentido que tenía antes. Y sin embargo, sin que yo
pueda entender cómo funciona, mi vida sigue avanzando y todo se sigue
acomodando a como tiene que ser, pero yo sigo como siendo un mero espectador.
Sólo puedo hacer eso y, vuelvo a repetir, no por ello todo no se sigue
acomodando mágicamente.
Como un ejemplo de esto, puedo ver claramente como la mayoría de las
personas puede seguir construyendo una pared, por ejemplo, de acuerdo a la
forma en que lo hace normalmente, utilizando el cemento como el gran pegamento
que se endurece y une todos los componentes, mientras que a mí el cemento ya no
me pega y todo lo que estaba construido de antes se desmorona, como la tercera
dimensión. Yo únicamente puedo construir cuando me aparecen nuevos componentes,
que tengo que aprender a utilizar sobre la marcha, que llegan imprevistamente
para que solo pueda vivir en el presente y de acuerdo a esa nueva manera de
realizar la construcción.
Estoy como suspendido en el tiempo y en el espacio, bamboléandome en el
ahora, sin poder tener en cuenta el pasado (porque ya no me sirve) y sin saber
ni poder siquiera suponer, como será en el futuro. Pero lo más increíble es
poder percibir claramente como todo se resuelve y se acomoda de manera
perfecta. Es, sin lugar a dudas, una extraña sensación.
La incertidumbre y lo imprevisible, dejan de ser una excepción y pasan
a ser la regla. Lo que hacía ya no sirve y no tengo la menor idea de lo que
haré, porque todo aparece sorpresivamente. Lo único que tengo que ser
consciente es que como tenga que ser, será y sin ninguna duda de ello.
Acomodarse a esta nueva realidad no es fácil, porque no existe ninguna
referencia ni camino sobre el cual asentarse, es todo ya como una gran parábola
de Kryon que publicamos hace bastante tiempo en la revista que se llama “El
Puente que Falta”. En ella estaba expresado como el camino sobre el cual
asentarse surgía a partir del paso que cada uno tenía que hacer y no como
estábamos acostumbrados de antes, donde uno caminaba sobre un puente ya
construido donde uno veía donde pisar y también podía ver claramente donde
terminaba. En este nuevo gran ciclo que estamos comenzando ya no hay puente ni
va a haberlo jamás, solo debemos confiar y tener la certeza absoluta que a
medida que caminamos el puente siempre se formará bajo nuestros pies, y desde
ya, mis amigos, no es nada fácil.
¡Dios nos ayude!
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