jueves, 30 de julio de 2015

APRENDIENDO A VIVIR EN UN NUEVO MUNDO Por Ruth Ross

¿QUIÉN PUDIERA TENER LA CERTEZA DE CÓMO SIGUE ESTA HISTORIA?
(N° 129)
¿Quién pudiera tener la certeza de cómo sigue esta historia? Esta, la novela de nuestra vida, ha cambiado tanto y hasta el punto de no retorno, que nos deja por momentos descolocados y
boquiabiertos al ver los continuos sucesos que se producen o no ante nuestros muy abiertos ojos.
Nuestro pasado quedo atrás, muy lejos ya, tanto, que cuando alguna parte de él se nos aparece con el fin de cerrar algún capítulo o simplemente mirar de soslayo quienes hemos sido y en que nos hemos convertido luego de tanto trabajo y crecimiento, no logramos identificarnos demasiado con esos personajes que jugamos en nuestras obras de vida de antaño. Lo que vivimos ayer o la semana pasada, pareciera haber sucedido hace un largo tiempo ya, y lo que ocurrió en nuestra existencia hace años, simplemente parecería que hubiera pasado hace muchas, muchas vidas.
Y aquí estamos. En esta quinta dimensión que nos moviliza y nos enseña a fluir mucho más aún que lo que hubiéramos fluido antes. Una quinta dimensión que literalmente nos empieza a sacudir quitándonos cualesquiera sean nuestros bloqueos o imperfecciones. Nuestros cuerpos se manifiestan con problemas de sueño, dolores agudos en distintas partes, infecciones que aparecen, fiebre, aparentes gripes o problemas respiratorios, problemas digestivos, humores cambiantes, alteraciones en nuestros deseos, en nuestros deleites, pero de una manera tan profunda que la transformación en nuestro gusto puede ocurrir de un momento para el otro.
Nos es imposible reconocernos. Y si logramos mantener nuestro proceso metamórfico en total armonía y alineación,  vamos a sentirnos bien y en paz.  Pero, si nuestra sacudida es tan grande que nos hace perder el eje… ¡agárrense!!! Porque todo aquello que creían olvidado se manifiesta para que pueda ser sanado de una vez por todas. Todo está incrementado a su máxima potencia y lo que más ansiamos es nuestra propia compañía. La soledad, el silencio…
Ya no tenemos paciencia a aquellas personas que no entienden nuestras elecciones, nuestro camino de vida, a aquellos que siguen eligiendo vivir en la vieja sintonía de la tercera dimensión y el miedo. Solo queremos volar. Sentir que nuestro propio espacio crece cada vez más, mientras con los ojos de un niño vamos observando nuestra propia transformación, nuestro éxtasis de reconocer que lejos que hemos llegado, pero a la vez, cuanto nos falta aún para llegar.
¿Cuándo es el camino de llegada? ¿Quién lo sabe? Cada uno tiene su propio tiempo, aquel momento preciso en el que su Ser Superior tome por completo el mando y lo eleve tan alto pero tan alto que logre resplandecer ante todo tipo de sucesos que acontezcan en su propia vida y la vida de nuestro amado planeta.
Con sumo gusto y curiosidad vemos lo que se está generando en el mundo. Las grandes mentiras están recibiendo grandes impulsos lumínicos, haciendo que la verdad más impactante salga a la luz, por más dura o dolorosa que esta sea, dejando al descubierto a todos aquellos que detrás de creerse dueños de un gran poder, creían poder controlarlo todo y a todos.
Nuestra Tierra se sacude, se limpia de sus bloqueos, se manifiesta. El clima ya no es ni volverá a ser lo que antes era. Y mientras, aquellos que siguen mirando hacia otro lado, continúan victimizándose y culpabilizando, continúan con la violencia, continúan eligiendo no perdonar, no perdonarse, continúan eligiendo sufrir. ¿Cuándo lograrán hacer su cambio? Aceptar que la vida no es lo que parece. Entender que toda causa tiene su efecto y que están en donde están viviendo lo que les toca vivir como consecuencia de sus elecciones pasadas. Este es un momento de gran despertar masivo. Algunos, quizás  logren hacer este cambio y puedan empezar su proceso de transmutación, y otros, quizás elijan permanecer así, en la tercera dimensión, como hasta ahora, o incluso peor.
Nosotros tenemos que poder aceptar que cada quien tiene su propia elección en el camino de su vida, su propia decisión de cómo mover las piezas de su juego evolutivo, de su crecimiento. Y se trate de quienes se trate, tenemos que aprender a soltarlos, dejándolos vivir y continuando con nuestro propio viaje.

Como verán, en estos momentos no hay más que hacer que integrarnos con nuestro Ser Superior y ser Uno con el Cosmos, viviendo y vibrando cada instante de nuestras vidas como si fuera el último, el único, el primero; dejando que nuestra intuición nos vaya guiando y despojándonos por completo de quienes hemos sido y quienes seremos. Aprendiendo a vivir completamente “sin saber” y entendiendo que en estos tiempos solo debemos cumplir con una gran premisa y esta es, seguir avanzando.  ¡Namasté!

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