¿QUIÉN PUDIERA TENER LA CERTEZA DE CÓMO SIGUE ESTA HISTORIA?
(N° 129)
¿Quién pudiera tener la certeza de cómo sigue esta historia? Esta, la
novela de nuestra vida, ha cambiado tanto y hasta el punto de no retorno, que
nos deja por momentos descolocados y
boquiabiertos al ver los continuos sucesos que se producen o no ante
nuestros muy abiertos ojos.
Nuestro pasado quedo atrás, muy lejos ya, tanto, que cuando alguna
parte de él se nos aparece con el fin de cerrar algún capítulo o simplemente mirar
de soslayo quienes hemos sido y en que nos hemos convertido luego de tanto
trabajo y crecimiento, no logramos identificarnos demasiado con esos personajes
que jugamos en nuestras obras de vida de antaño. Lo que vivimos ayer o la
semana pasada, pareciera haber sucedido hace un largo tiempo ya, y lo que
ocurrió en nuestra existencia hace años, simplemente parecería que hubiera
pasado hace muchas, muchas vidas.
Y aquí estamos. En esta quinta dimensión que nos moviliza y nos enseña
a fluir mucho más aún que lo que hubiéramos fluido antes. Una quinta dimensión
que literalmente nos empieza a sacudir quitándonos cualesquiera sean nuestros
bloqueos o imperfecciones. Nuestros cuerpos se manifiestan con problemas de
sueño, dolores agudos en distintas partes, infecciones que aparecen, fiebre,
aparentes gripes o problemas respiratorios, problemas digestivos, humores
cambiantes, alteraciones en nuestros deseos, en nuestros deleites, pero de una
manera tan profunda que la transformación en nuestro gusto puede ocurrir de un
momento para el otro.
Nos es imposible reconocernos. Y si logramos mantener nuestro proceso
metamórfico en total armonía y alineación,
vamos a sentirnos bien y en paz.
Pero, si nuestra sacudida es tan grande que nos hace perder el eje…
¡agárrense!!! Porque todo aquello que creían olvidado se manifiesta para que
pueda ser sanado de una vez por todas. Todo está incrementado a su máxima potencia
y lo que más ansiamos es nuestra propia compañía. La soledad, el silencio…
Ya no tenemos paciencia a aquellas personas que no entienden nuestras
elecciones, nuestro camino de vida, a aquellos que siguen eligiendo vivir en la
vieja sintonía de la tercera dimensión y el miedo. Solo queremos volar. Sentir
que nuestro propio espacio crece cada vez más, mientras con los ojos de un niño
vamos observando nuestra propia transformación, nuestro éxtasis de reconocer
que lejos que hemos llegado, pero a la vez, cuanto nos falta aún para llegar.
¿Cuándo es el camino de llegada? ¿Quién lo sabe? Cada uno tiene su
propio tiempo, aquel momento preciso en el que su Ser Superior tome por
completo el mando y lo eleve tan alto pero tan alto que logre resplandecer ante
todo tipo de sucesos que acontezcan en su propia vida y la vida de nuestro
amado planeta.
Con sumo gusto y curiosidad vemos lo que se está generando en el mundo.
Las grandes mentiras están recibiendo grandes impulsos lumínicos, haciendo que
la verdad más impactante salga a la luz, por más dura o dolorosa que esta sea,
dejando al descubierto a todos aquellos que detrás de creerse dueños de un gran
poder, creían poder controlarlo todo y a todos.
Nuestra Tierra se sacude, se limpia de sus bloqueos, se manifiesta. El
clima ya no es ni volverá a ser lo que antes era. Y mientras, aquellos que
siguen mirando hacia otro lado, continúan victimizándose y culpabilizando,
continúan con la violencia, continúan eligiendo no perdonar, no perdonarse,
continúan eligiendo sufrir. ¿Cuándo lograrán hacer su cambio? Aceptar que la
vida no es lo que parece. Entender que toda causa tiene su efecto y que están
en donde están viviendo lo que les toca vivir como consecuencia de sus
elecciones pasadas. Este es un momento de gran despertar masivo. Algunos, quizás logren hacer este cambio y puedan empezar su
proceso de transmutación, y otros, quizás elijan permanecer así, en la tercera
dimensión, como hasta ahora, o incluso peor.
Nosotros tenemos que poder aceptar que cada quien tiene su propia elección
en el camino de su vida, su propia decisión de cómo mover las piezas de su
juego evolutivo, de su crecimiento. Y se trate de quienes se trate, tenemos que
aprender a soltarlos, dejándolos vivir y continuando con nuestro propio viaje.
Como verán, en estos momentos no hay más que hacer que integrarnos con
nuestro Ser Superior y ser Uno con el Cosmos, viviendo y vibrando cada instante
de nuestras vidas como si fuera el último, el único, el primero; dejando que
nuestra intuición nos vaya guiando y despojándonos por completo de quienes
hemos sido y quienes seremos. Aprendiendo a vivir completamente “sin saber” y
entendiendo que en estos tiempos solo debemos cumplir con una gran premisa y
esta es, seguir avanzando. ¡Namasté!
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