Por Jennifer Hoffman (De: www.manantialcaduceo.com.ar)
Si pones la cabeza en la boca de un león ¿te morderá? Eso depende de
que el león sea manso o no, haya comido y no esté hambriento o sea un león de
circo entrenado para dejar que la gente haga eso. Aunque sea un león entrenado,
estoy segura que la persona que pone su cabeza dentro de la boca del león
tendrá un momento de temor. Esta no es una pregunta tonta, hacemos esto todo el
tiempo cuando nos involucramos con nuestros compañeros kármicos, nos alistamos
para nuestras lecciones compartidas y entonces los desafiamos a que no nos
coman la cabeza.
Generalmente logramos salir con la cabeza en su sitio pero podemos
sufrir otros traumas, incluyendo el disgusto que sentimos cuando alguien repite
comportamientos pasados, aunque les demos todas las oportunidades para no
hacerlo. Piensen en cuántas formas tenemos de demostrarles a los demás que los
amamos y los valoramos y no queremos hacerles daño y ellos responden arrancándonos
la cabeza. ¿Quién está equivocado aquí, nosotros por confiar en alguien que no
es confiable, o ellos por no reconocer nuestros esfuerzos y responder
apropiadamente?
Haré aquí un comentario que pudiese ser poco agradable – cuando no
honramos la verdad de los demás somos irrespetuosos y manipuladores,
independientemente de cuál sea esa verdad. Cuando no creemos que alguien elije
ser cruel, mentiroso y deshonesto y tratamos de cambiar su comportamiento, no
estamos honrando quienes son. Nosotros no tratamos de hacer que las personas
agradables sean desagradables, así que ¿por qué tratamos de hacer que las
personas desagradables sean agradables?
Ambas están hablando y actuando a través de la verdad de su verdad y
necesitamos respetar esa verdad.
No estoy aceptando el comportamiento de las personas que son crueles,
mentirosas y deshonestas, solamente
estoy diciendo que lidiar con ellas de una forma diferente a la de alguien que
sabe que está metiendo la cabeza en la boca del león conociendo que muerde, es
colocarnos en una posición de gran decepción y potencialmente de mucho dolor.
Cuáles son sus opciones:
Eviten el león – no es necesario involucrarse con personas que ustedes
saben que les harán daño y que probablemente no van a hacerlas cambiar; por
honorables que sean las intenciones de ustedes.
Pueden molestarlas lo suficiente para crear una situación que resulte
en más dolor para ustedes. Si ya los ha mordido una vez, es mejor evitar el
león.
Esperen a que el león los invite a meter la cabeza de ustedes en su
boca – cuando tratamos de cambiar a las personas antes de que ellas reconozcan
que están considerando o tratando de cambiar, estamos siendo irrespetuosos con
ellas, independientemente de cuán nobles y meritorios sean nuestros esfuerzos.
A menos que alguien quiera cambiar verdaderamente, cualquier esfuerzo por
cambiarlos será respondido con una resistencia y rechazo entendible. Si y
cuando ellos estén listos, ellos los encontrarán a ustedes y es entonces cuando
ellos verán que ustedes están haciendo algo que ellos quisieran hacer, o tener
algo que ellos quisieran aprender cómo crearlo en su vida.
Vean lo Divino, Lidien con el Humano: Este es uno de mis mensajes
favoritos. Aunque podamos reconocer lo Divino en todos (y ciertamente está
ahí), tenemos que conectarnos con ellos a través de cómo ellos elijen expresar
su divinidad. Por mucho que pensemos en cómo debían ser o actuar las personas o
hacer las cosas de manera diferente y
por mucha energía divina que ellas posean, es la forma en las que ellas
expresan esta energía a través de su lado humano la que constituye el verdadero
barómetro de su ser. Cuando reconocemos que decidir si es seguro o no
abordarlas y conectarnos con ellas, mucho menos poner nuestra cabeza en su
boca, estamos honrando la humanidad de ellas y aceptando cómo ellas elijen
utilizar su energía. Honramos a los demás viéndolos como ellos elijen ser, no
cómo quisiéramos que ellos fuesen o pensar que ellos sean capaces de ser.
Nuestra tarea no es cambiar o sanar a los demás. Nuestra tarea radica
en cambiarnos a nosotros mismos y convertirnos en una fuente de inspiración y
sanación, para que los demás puedan
escoger por sí mismos. Las personas se sentirán más inspiradas por las
fuentes de alegría, amor, abundancia y éxito que porque se les diga de qué son
capaces si se esforzaran más, o si cambiaran de alguna manera. Ninguno de
nosotros sabe cuál es el Contrato de alguien con la Fuente durante su vida, así
que no podemos juzgar lo que ellos están haciendo o siendo porque aquello que
pensamos que es el comportamiento espiritual más bajo que hayamos visto
puede ser su mayor salto en entendimiento y transformación.
Una de nuestras mayores lecciones es el no juicio y la aceptación
compasiva, lo cual requiere que evitemos juzgar a los demás y decidir si nos
conectamos con alguien basándonos en nuestra energía, en lugar de decidir que
ellos están haciendo algo malo porque su comportamiento no cumple con nuestras
expectativas de lo que pensamos que debía ser su comportamiento.
Evitar al león es una opción siempre y si eso no fuese posible,
asegúrense que el mismo no tiene una reputación de morder antes de poner la
cabeza de ustedes en su boca.
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