¿EN QUÉ CREO? (N° 125)
Creo en un mundo donde todo sea amor, donde prevalezca para siempre lo
mejor que tenemos y no lo peor. Donde reine la paz y el bienestar. Donde los
seres humanos sean simplemente eso, “seres humanos”, y no simples animales
racionales. Donde podamos coexistir
todos los integrantes de este planeta en armonía, respetando todos las distintas
manifestaciones de la naturaleza, en el cual el hombre comprenda finalmente que
estar dotado de inteligencia no le da ningún derecho para creerse el dueño del
planeta. Creo en un mundo donde se respete a los distintos reinos. Donde la
ecología pase a formar parte prioritaria para cualquier toma de
decisiones y que no pueda hacerse nada que pueda afectar a la naturaleza,
la Gaia, la Pachamama o como quieras llamarla.
Un mundo que esté en contacto con el resto del Universo, así como todos
los distintos planos de existencia conocido y no conocido, reconocido y no
reconocido como tal. Donde los duendes, las hadas, los guías, los ángeles, y
tantos otros espíritus sean parte de nuestra vida cotidiana.
Un planeta donde todos primero tengamos en cuenta el bien común y
recién después el interés particular. Donde la competencia sea fundamentalmente
con uno mismo, para hacer las cosas lo mejor posible y mejorarlas, si esto
fuera posible. Una Tierra de fronteras abiertas aunque sigamos hablando idiomas
diferentes.
Donde no haya diferencias sociales, educativas, religiosas, económicas,
políticas, de sexo, raza o color. Donde el que más tenga sea el que más ayude,
porque en definitiva es el que más puede, y donde el rico comprenda que los
relojes se colocan de a uno y se vive en una sola casa a la vez.
Que haya comprendido que el acopio material no tiene sentido. Donde se
hayan superado las guerras, la discriminación y el hambre, que no tiene ningún
sentido, en un planeta que produce alimentos y bienes para mucho más de los
7.000 millones de habitantes que somos.
Un mundo donde todos pueden realizarse y en donde lleven adelante y se
preparen para vivir dedicados a su vocación. Donde solo se manifieste la
verdad, donde las personas simplemente “sean” ellas y puedan expresar lo que
sienten y sus pensamientos sean la exteriorización más pura de ellos.
Donde se haya casi erradicado las enfermedades y lo común sea estar
sano. Donde la alegría y la felicidad sean la manifestación de la mayoría de
las personas. Donde todos se dediquen a vivir, disfrutando cada segundo como si
fuera el último, y no meramente existir.
Creo en un mundo donde prime la sabiduría por sobre otra cosa y quienes
tengan la responsabilidad de gobernar, de dirigir, en todas las diferentes
realidades, sean naturalmente los más sabios. En donde lo más importante que
podamos hacer sea darle la máxima prioridad a los valores humanos. Donde se
viva tranquilamente sin leyes, ni reglas, ni imposiciones de ningún tipo,
porque todos vamos a saber comportarnos de la mejor manera. Donde solo se le
preste atención a lo positivo.
Un planeta que logró finalmente evolucionar verdaderamente pese a todos
sus errores.
En definitiva, el mundo de quinta dimensión al cual estamos yendo.
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