Había una vez, una mujer que se fue a vivir a una cueva en
las montañas para estudiar con un maestro. Ella quería aprender todo aquello
que se pudiera saber. El maestro le dio un montón de libros y la dejó sola para
que pudiera estudiar. Cada mañana el maestro volvía a la cueva para controlar
sus progresos, en su mano el maestro llevaba una gruesa caña de madera. Todas
las mañanas le hacía a la mujer la misma pregunta: ¿ya has aprendido todo lo
que hay que saber?, todas las mañanas la respuesta era la misma: no, no lo he
hecho. Entonces el maestro la golpeaba en la cabeza con la caña. Un día, al querer golpearla nuevamente, ella
le quitó la caña de las manos. Para su
sorpresa el maestro sonrió: Felicitaciones, le dijo, te has graduado, ya sabes
todo lo que necesitas saber. Has
aprendido que nunca vas a aprender todo lo que hay que saber, le contestó, y
has aprendido cómo detener el dolor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario