LA ECUACIÓN DEL BIENESTAR: MENTE + CORAZÓN + EXPERIENCIA, EN IGUAL
PROPORCIÓN
(N° 122)
La plenitud del bienestar tiene sus secretos, secretos que a través del
tiempo el ser humano fue perdiendo y por distintas razones, se transformó en un
hombre desequilibrado, en lugar de un hombre equilibrado. Hoy, con mucho esfuerzo
y tropezando aún con muchos obstáculos, está volviendo a su esencia, que es
vivir en un estado de bienestar. Falta mucho todavía, pero ese camino es el que
comenzó a transitar una parte de la humanidad, la suficiente como para ir
contagiando al resto y torcer la historia.
En este caso, lo que planteo es lo que di en llamar “La Ecuación del
Bienestar”. Supongamos que hacemos tres columnas, en la primera ponemos lo que
llamo la mente, para que sea
comprensible para todos, la pongo en primer lugar porque es la que ha tomado el
mando, la que se ha exaltado en los últimos cientos de años y se utiliza por
sobre los otros componentes. Dentro de ella encontramos la lógica, la fuerza,
la inteligencia, el ego y la personalidad. Es la que más representa a la
humanidad en su conjunto. Todo se mueve de acuerdo a lo que debe ser, a lo que
quiere escuchar el otro, a lo que le parece mejor a la personalidad, a la complacencia
del ego. Hacemos un culto a la inteligencia absolutamente desproporcionado, nos
convencemos que el acopio de conocimiento tiene que ser venerado, depositamos
todo en las personas que
consideramos inteligentes y las personas en realidad, compiten por ser cada
una más intelectuales y le damos absoluto crédito a lo que ellas nos dicen.
Pero nadie le presta atención discerniendo si eso que dicen es la más absoluta
verdad o la estupidez más grande, importa más quien lo dice, importa más que
eso sea “verisímil”, no que sea la
verdad.
Y por eso el mundo en que vivimos y las decisiones que se toman son lo
que son.
Por otra parte tenemos el corazón. Con este nombre incluyo lo que
sentimos, lo que intuimos, lo que podemos percibir más allá de los sentidos. En
él también coloco el alma y toda la sabiduría interior, la cual tenemos tapada
por la mente. En realidad, es esta parte de nosotros la única que nos puede
decir la verdad, aunque esta vaya en contra de la lógica, de nuestro sentido
común. La sabiduría del corazón está unida a la sabiduría del Universo, por
ello, si le hacemos caso nos dará las verdaderas respuestas que necesitamos.
Por último, tenemos la experiencia; es importantísimo experimentar,
porque es la única manera de vivir en carne propia la vida misma. Pero en este
mundo, la mera experiencia y el paso de los años, no necesariamente significa
tener sabiduría, porque la mayoría de las personas, lamentablemente, se va de
este mundo cometiendo los mismos errores, sin haber aprendido de ellos y hasta
con-venciéndose a sí mismo que tenía razón.
Mis amigos, no hay ninguna posibilidad de evolucionar si no logramos el
equilibrio, que significa en definitiva, aprender a usar la mente cuando la
tenemos que usar y escuchar a nuestro corazón cuando nos da las verdaderas
respuestas que necesitamos, y capitalizar la experiencia para superar los errores
y aprender de ellos, que para eso están. Sólo con el equilibrio podremos lograr
la plenitud del bienestar y cuando lo logremos, todo en nuestra vida cambiará
inexorablemente, para bien. Lo más cercano que podamos estar de ese punto de
equilibrio nos acercará un poco más a la perfección.
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