lunes, 31 de marzo de 2014

EL MARAVILLOSO DESPERTAR DE LA CONSCIENCIA Por Sergio Lipp



MELANCOLÍAS REFLEXIVAS (Nº 113)

Hace un tiempo me enteré, luego de muchos años de sucedido, un hecho que me produjo una desagradable sorpresa. La cuestión es que un gran amigo, casi diría un hermano, con el cual dejamos de vernos en el año 1993 porque se iba a vivir con su familia a Mar del Plata (años después mi familia y yo nos vinimos a Mina Clavero) y del cual, pese a haber convenido estar comunicados, no supe más nada. Fue hace poco tiempo, decía, que me enteré que al año de estar en su nuevo destino había partido de este mundo, con tan solo 43 años de edad.
Enterarme de tal noticia me movilizó mucho y me hizo reflexionar sobre muchas cuestiones relativas a lo que sentía yo sobre ellas.
Seguramente lo más importante que uno puede destacar, es como funciona en nosotros el sentimiento más poderoso que existe en el Universo, el amor. Es que pese a no vernos más físicamente, ni, como decía antes, haber pasado una buena cantidad de años desde que nos vimos por última vez, el “amor” que sentía hacia él seguía en mi corazón imperturbable. Lo mismo me sucede con los seres amados de mi vida que han desencarnado a través del tiempo.
El amor, mis amigos, siempre se siente en tiempo presente. Es más, casi diría que se intensifica con el paso del tiempo, se torna mucho más puro y se manifiesta en el recuerdo, libre de ataduras mentales o condicionamientos del ego, es “solo amor”, sin importar lo que haya sucedido en nuestra relación cuando esa persona vivía. Ese amor permanece y permanecerá a través del transcurrir de nuestra vida inmutable, sin importar los años que hayan pasado de la desaparición  física de esos seres.
Por otra parte, redescubrí que el recuerdo de situaciones vividas con ellos, viene a mí siempre como si fuera el presente cotidiano, se me presenta cada vez más perfeccionado a medida que pasa el tiempo, tal vez, porque tenga que ver con que a medida que vamos evolucionando podemos tomar mayor contacto con el plano de existencia de los que ya han desaparecido “físicamente”, pero solo físicamente. Lo que siento es que cada vez que me viene algún recuerdo, lo veo como si fuera una película a color que está pasando ante mis ojos con mi participación tal como era yo en ese momento, viviéndola tan realmente como la realidad misma, es cierto que se me presenta casi sin sonido, solo a veces me vienen algunas expresiones características de la persona diciéndola con su voz, tampoco puedo determinar claramente sensaciones como olores y gustos, y me es difícil poder “escuchar las voces” de la conversación que se está sosteniendo, pese a que en ese fragmento de la película de mi vida, sé que todo está manifestándose como fue, o sea, con sonidos, olores y otras sensaciones.
Sé que en la medida que sigamos evolucionando nos iremos naturalmente perfeccionando, y ese fragmento de la vida, se manifestará tal cual y en toda su dimensión fue, como si fuera lo que vivimos en el hoy.
También es cierto, que no puedo evitar sentir una especie de melancolía y extrañar a esos seres amados, aun sabiendo de su existencia en otro plano tanto o más real que la nuestra, pero que voy a hacer... soy un simple ser humano.


No hay comentarios:

Publicar un comentario