CONSTRUYENDO PUENTES (Nº 112)
Desde hace demasiado tiempo, vaya a saber por qué, el ser humano se ha
dedicado tanto a levantar muros como a construir puentes. Su ego lo llevó y lo
lleva a ponerse en un lugar desde donde siempre busca tener razón y obtener el
poder, en cualquier situación que se le presentó y se le presenta. Lo que
verdaderamente le importa es ganar.
No tiene ninguna relevancia para él buscar la unión, la concordia, la
tolerancia o tratar de comprender al otro. Así, a lo largo del tiempo, se ha
dedicado a levantar innumerables muros, muros, que lo único que han hecho es
separar, es confundir, es diferenciar, y lo más triste es que lo sigue
haciendo. Aún no se ha dado cuenta, que la verdadera causa de ello, es que en
realidad, el principal muro que ha levantado es con él mismo, separándose de su
propio interior, de su propia esencia, de lo que él “es” en realidad.
Cada muro erigido, provoca lo peor del hombre, y sin embargo, al ego
eso no le importa, el ego solo quiere, como dije antes, es tener razón.
La pregunta que uno debería hacerse es: ¿Qué cambia si uno tiene razón
o no? ¿Cuál es su relevancia?
Lo único auténticamente verdadero es que los muros solo causan dolor,
tristeza y sufrimiento y no nos permiten avanzar, solo producen división.
Estamos en una época donde esto lo vemos a diario, a cada rato surgen
posiciones totalmente contrapuestas, donde si el otro no coincide con nosotros,
levantamos la voz y nos enojamos y castigamos al que no coincide. Surge
entonces otra pregunta básica: ¿Qué podemos lograr con esto? Y la respuesta básica
es: nada. Si todos los seres humanos somos diferentes, significa que venimos a
este mundo a ser tolerantes y establecer puentes, puentes con los cuales
establecer relaciones humanas y aceptar las diferencias, porque si no fuera
así, ¿Qué pareja podríamos formar? ¿Qué relación podríamos tener con nuestros
hijos, padres o hermanos? ¿Cómo haríamos para convivir en cualquier relación
con otro humano, desde lo laboral hasta lo vecinal, por ejemplo?
El sentido de la vida es en verdad construir puentes para poder relacionarnos
con el otro, no hay otra manera de vivir en sociedad. Lo que nos tenemos que
plantear es ser tolerantes y aceptar nuestras diferencias y privilegiar la
comprensión. ¡Si en definitiva somos libres de pensar, sentir y accionar lo que
decidamos!
Es fundamental en estos momentos crecer como personas, y para crecer
hay que buscar los puntos en común, estableciendo cada vez en mayor medida la
construcción de puentes de unión y decidir definitivamente, derribar los muros
que nos separan. Y entonces veremos claramente como la paz interna y la externa
comienzan a proliferar y como las personas, pueden comenzar a unirse para
construir y no para destruir.
Un ejemplo claro de esto nos lo dio alguien que desapareció hace poco,
Nelson Mandela, quien luego de más de 27
años preso, debido a los infinitos muros que había en su país, Sudáfrica,
cuando salió en libertad se dedicó a la construcción de todos los puentes
necesarios para lograr la unión de su pueblo, de más está decir que lo logró.
Nosotros, en todos los aspectos personales deberíamos seguir su
ejemplo. Porque además somos carne de cañón para que se aprovechen de nosotros, por eso esa famosa frase de Maquiavelo, que lamentablemente tanto se aplica en nuestra sociedad: "divide y reinarás".
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