VIVIENDO LA TRANSFORMACIÓN (Nº 112)
Estamos ya en los tiempos que hemos venido esperando, y es necesario lograr abstraernos de todo lo que está ocurriendo a nuestro alrededor.
Es necesario evitar permanecer atados a los grandes patrones de miedo,
dolor, tristeza e impotencia que está vibrando una gran parte de la sociedad
mundial.
Todos aquellos que hemos sido “pioneros” de este gran proceso de
cambios, a quienes se nos suman todos los jóvenes y niños que han venido a
tomar el toro por las astas de la transformación humano/planetaria, sabíamos
que una profunda depuración tenía que surgir de alguna manera. Que nuestra Gaia
está reacomodándose, renaciendo y resurgiendo, y para ello, tiene que producir
intensos cambios y manifestaciones a su paso. De ahí las bajas temperaturas en
el norte de América, el elevado clima en el sur, la tierra que fue succionada
por la Gaia en una población del Brasil, el rayo que cobró varias vidas y dejó
decenas de heridos en Villa Gesell, provincia de Buenos Aires, a donde las
personas estaban simplemente disfrutando de sus vacaciones. Y la lista podría
seguir y seguir, puesto que la naturaleza está obrando de maneras desconocidas
hasta ahora, dejando a la humanidad boquiabierta sin saber que esperar.
Sabemos que muchas cosas tienen que ocurrir “para transformar”, para
poner por delante la metamorfosis que muchos aún no pueden o se niegan a ver. Y
sabemos también que debemos mantenernos alineados ante cada uno de estos
hechos, para que la energía de terror que cada una de estas catástrofes
conlleva, no nos arrastre con ella. Tenemos que ser capaces de permanecer
enteros ante cada situación, haciendo lo mejor que sabemos hacer, que no es
otra cosa que manifestar nuestro trabajo silencioso de enviar luz para elevar a
las víctimas que pueda haber en cada caso, para iluminar los corazones de
quienes han perdido a sus seres queridos o de quienes han pasado por una
situación traumática, como así también enviar luz para ayudar a nuestra Madre
Tierra para sanar y terminar su proceso rápido, fácil, suave y alegremente.
Tampoco es extraño que en estos momentos sucedan las fallas
energéticas. Y por otro lado, que también se vayan desenmascarando una a una
las personas que creen tener el poder en los diferentes cargos, cualquiera sea
el lugar en el mundo que habite. La mentira, el control y la manipulación van
quedando al descubierto mostrando las reales intenciones de aquellos que
ostentan algún título o situación prestigiosa, simulando trabajar en pos de la
sociedad, cuando en realidad lo hacen con las más oscuras intenciones en
beneficio propio. Es un momento en el cual nuestra alineación es lo más
importante. Debemos permanecer en un estado de equilibrio cuasi permanente, sin
expectativas, sin pasado, sin futuro y vivenciando cada día con una intensidad
quizás hasta desconocida para muchos. Pudiendo entregarnos por completo,
despojándonos de la mente y logrando escapar de la prisión y el control a la
que muchas de las personas (familiares, amigos, conocidos) que aún no quieren
ver lo que está sucediendo, pueden llegar a someter a aquellos “guerreros de la
luz” que están despertando o quieren despertar. Cuando el deseo de
transformación es muy grande, nada en la vida puede continuar siendo igual que
lo que antes fue. Si la persona cree estar avanzando, pero, cuando su corazón
desde los más profundo, le dicta que tiene que ir hacia una determinada
dirección y continúa sucumbiendo a las manipulaciones de sus seres queridos que
“causalmente” se enferman o deprimen por los cambios producidos, aferrándose a
sus pies con el objeto de evitar el vuelo, por miedo a ese cambio que no
quieren ver, entonces en realidad, no hubo ni hay avance. Todo es más de lo
mismo. Lo lamentable es que como el ser sabe a qué vino la persona en esta
encarnación , y sabe que aún le da miedo
realmente lo que pueda ocurrir si se tira a la pileta y direcciona su camino en
una nuevo rumbo, termina llamando la atención con distintas enfermedades de
consideración o accidentes de cualquier tipo.
El aquí y ahora nos dice que uno tiene que ayudar a aquel que quiera
despertar, pero, tenemos que aceptar cuando el individuo aún desde su ego,
mente o emociones no está listo para avanzar. Entonces con el mismo amor con el
que alguna vez les tomamos de la mano para enseñarles a caminar hacia la
evolución, debemos soltárselas, dejando que sigan solos su camino, hasta el
momento en que ellos mismos lo decidan. En estos tiempos no debemos quedarnos
pegados a nadie ni a nada. Debemos poder fluir en armonía con el plan Divino.
Fluir con la luz. Es una elección de vida. Es mucho y muy intenso el trabajo
que como “guerreros de la Luz” estamos haciendo, asistiendo y sosteniendo los
cambios humano/ planetarios. Es muy fuerte nuestro proceso de transmutación
personal, y nos miramos continuamente en nuestro propio espejo, sacando a
relucir las sombras que aún nos quedan para limpiarlas de nuestro camino y
volar libres hacia nuestra ascensión. Es este de por sí un período agitado en
nuestras vidas (aunque nuestros procesos muchas veces nos lleven a descansar
simplemente, puesto que seguimos trabajando mientras reposamos) por lo que
debemos seguir avanzando, sin quedarnos a esperar a los rezagados que vienen
atrás. Cada quien tiene su tiempo y su oportunidad. El día que la persona
realmente despierte de golpe y quiera pegar el salto, allí estará nuestra mano
para aferrar la suya con amor y alegría y mostrarle el camino hacia la
evolución y la paz.
¡NAMASTÉ!
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