INFORMES DE LA NUEVA TIERRA
ESTABLECEN CONTACTO TELEPÁTICO
CON LORO GRIS AFRICANO (Nº 93)
(Extraído de:/videa.com.ar)
Aunque a veces el diálogo entre humanos resulta imposible,
siempre vale la pena intentar hablar con un loro.
Hasta 1980 se creyó que el lenguaje de los loros era
meramente imitativo, pero las investigaciones de Irene Pepperberg con Alex, un
loro gris africano, demostraron que los ejemplares de esta especie pueden usar
el lenguaje referencialmente, como los seres humanos. Interesada por el caso de
Alex, Aimée Morgana empezó a entrenar su propio loro para descubrir que no sólo
era capaz de expresar opiniones, sino que podía leer su mente, aun cuando ella
dormía.
Se sabía que el loro gris africano era uno de los animales
más inteligentes y creativos, capaz no sólo de imitar la voz humana sino otros
timbres como el del teléfono, pero sólo después de 1980 y tras las
investigaciones de Irene Pepperberg con Alex, un loro gris africano elegido al
azar, se demostró que loros de esta especie pueden utilizar el lenguaje referencialmente
y con sentido. Tras 20 años de entrenamiento y habiendo adquirido un
vocabulario de más de 200 palabras, manejaba conceptos tales como “presente” y
“ausente”, podía distinguir formas geométricas por su número de ángulos, contar
hasta 6 y nombrar correctamente cuarenta objetos y siete colores – cualquiera
fuese la forma del objeto coloreado-Otros loros, condiscípulos menos avanzados,
compartían el entrenamiento con Alex, quien a veces se mofaba de ellos,
instándolos a que pronunciaran correctamente las frases.
Como no podía ser de otra manera, Animal Learning Experimental,
Alex para los amigos, se hizo famoso y tuvo su propio sitio web hasta que el 6
de septiembre de 2007, a la edad de 31 -estas aves pueden llegar a vivir hasta
sesenta años- abandonó su plumífera envoltura terrena y voló hacia la
inmortalidad.
Motivada por el caso de Alex, que conoció por la televisión
en 1997, Aimée Morgana comenzó a entrenar a N'kisi (se pronuncia inkisi), un
loro gris africano, a partir de los seis meses de edad. A los 5 años poseía un
vocabulario contextual de más de 700 palabras, comprendía su significado y
hacía comentarios relevantes.
Habitualmente hablaba con oraciones gramaticalmente
estructuradas, y hacia enero de 2002 Aimée había registrado más de 7000 frases
originales. Además y al igual que Alex, N'kisi demostró tener un magnífico
sentido del humor, al menos desde el punto de vista de un loro, poniendo en
duda la afirmación de que los miembros de esta especie son neuróticos y de mal
carácter.
El entrenamiento de N'kisi no hizo más que confirmar los
experimentos llevados a cabo con Alex sobre la capacidad de estos loros para
aprender a utilizar el lenguaje. Sin embargo, algo impensable iba a suceder.
Morgana advirtió que N'kisi a menudo expresaba opiniones que parecían
relacionadas con lo que ella pensaba, especialmente cuando en su mente se
formaban imágenes, y lo mismo hacía con su marido.
Tras conocer las investigaciones del biólogo de la
universidad de Cambridge Rupert Sheldrake sobre telepatía en animales, se
contactó con éste en enero de 2000 y le resumió algunas de sus observaciones,
de las cuales empezó a llevar un registro detallado. Para enero de 2002 había
registrado 630 casos de incidentes telepáticos, entre ellos:
“Estaba pensando en llamar a Rob, y levanté el teléfono para
hacerlo, cuando N'kisi dijo 'Hola, Rob', mientras sostenía el teléfono en mi
mano y me dirigía al archivador de direcciones para mirar su número”.
“Estábamos mirando los títulos de créditos al final de una
película de Jackie Chan. Había una imagen suya haciendo equilibrio sobre una
viga en un rascacielos. Daba mucha impresión por la altura, y N'kisi dijo '¡No
te caigas!'. Después la película dio paso a un aviso publicitario y cuando
apareció la imagen de un auto móvil, N'kisi dijo 'Ahí está mi auto'. La jaula
de N'kisi
estaba al otro extremo de la habitación y detrás del
televisor. No podía ver la pantalla y tampoco había fuentes que produjeran
reflexión”.
En varias ocasiones, los sueños de Aimée fueron inte rrumpidos
por N'kisi, que habitualmente dormía cerca de su cama.
“Cierta vez soñaba que estaba en el baño sosteniendo un
frasquito con gotero. N'kisi me despertó diciendo 'Ves, eso es una botella'. En
otra ocasión soñaba que trabajaba con el equipo de audio. N'kisi, durmiendo
cerca de mi cabeza, gritó: 'Hay que apretar el botón' que era precisamente lo
que estaba haciendo en mi sueño. Su grito me despertó”.
Morgana y Sheldrake decidieron realizar una serie de
experimentos con N'kisi, que fueron filmados y documentados por observadores
imparciales. Una transcripción completa de las pruebas puede leerse en el sitio
de Sheldrake.
Entre las conclusiones ambos investigadores observan que “existe un gran potencial para futuras investigaciones sobre telepatía en animales. Si bien otras especies de mascotas muestran una conducta que parece telepática, los loros tienen la ventaja de poder hablar y, en consecuencia, ofrecernos una mayor diversidad de respuestas que perros, gatos y otras especies domesticadas”.
“La habilidad de los animales para usar el lenguaje y lo que
esto podría revelar sobre sus habilidades cognitivas es aun materia de debate.
Estos resultados plantean cuestiones relativas a la inteligencia animal y la
comunicación entre especies cuyas implicaciones exceden los límites de esta
investigación”.
Según parece, algunos animales podrían haber desarrollado
formas de comunicación diferentes y en algunos casos superiores a las del ser
humano.
No habría que sorprenderse si en un futuro, para conseguir
estas capacidades, los humanos deban ser educados, disciplinados y humillados
por estos geniales loros.
¿No habría que empezar por acá -otras especies terrestres-
antes de intentar comunicarse con inteligencias del espacio exterior?
No hay comentarios:
Publicar un comentario