lunes, 23 de julio de 2012

APRENDIENDO A VIVIR EN UN NUEVO MUNDO

Por  Ruth Ross  (Nº 93)


TRANSMUTANDO MI SER

Procesos contìnuos, el cuerpo duele, pesa... ¿quièn soy? ¿còmo soy?.
Absolutamente nada de lo que me gustaba en general, y ninguna de las comidas u otras cosas que durante 50 años de mi vida me gratificaron, me acompañaron, me identificaron, hoy lo hacen. Es como si de golpe una gran transformaciòn hubiera pasado, o mejor dicho, estè actuando aùn sobre todos mis cuerpos.
Aprender a sentir todo como si fuera la primera vez, sentirme constantemente como si recién 
hubiera nacido a esta vida. Y quizás sea así. Es como si  a cada instante de mi vida estaría renaciendo a la nueva mujer que soy, esta que está aprendiendo a transitar por el nuevo camino que la vida me propone.
Y esto trae todo un proceso de reconocimiento de mis nuevos gustos, mis nuevas necesidades, mi nueva manera de ser.
Es todo un tema!!!. Ya que lo que por ahora estoy viendo es un total vaciamiento en mì.
¿Còmo será la nueva Ruth que llegará luego de toda esta gran metamorfosis? ¿Qué gustos tendrá? ¿Quién puede saberlo?.
A veces, tengo la sensaciòn de que la mayorìa de los cambios màs profundos que se estàn operando en mi, no perduraràn nunca màs en el tiempo.
Siento, y creo no equivocarme,  al decir que tal como vivo continuamente en el hoy, en el “aqui y ahora”, en este mismo lapso de tiempo, he de disfrutar de mi nueva yo, puesto que es muy probable que al instante siguiente ya no sienta igual.
Todo va y viene. Todo tiene que fluir, todo muta y a nada, ni aún a nosotros mismos


hemos de estar apegados.
Debemos soltar estos procesos e impulsarnos a sacar todo el pasado afuera. Todo lo que fuimos, sentimos, gustamos, debe partir, debe morir. Para nacer en nosotros, individuos mucho más libres para emprender el viaje hacia la bienaventuranza desconocida que nos espera en el reconocimiento de nuestra evolución.
No es fácil este período que nos toca vivir. Y nadie nunca nos dijo que sería de otra manera.
Es un momento de sanar nuestras alas a solas, de cicatrizar heridas, de llorar, de reír, de observarnos profunda y sinceramente y de disfrutar cada instante como si fuera el último. Por que de hecho lo es.
Cada respiración nace de una profunda inspiración del hálito Divino y muere arrastrando el pasado en cada exhalación.
Somos seres en pleno proceso de cambio.
Seres exponiéndonos a una gran y continua oleada de activación en nuestro ADN.
Cambiando y simplificando todos los patrones de creencias, gustos y costumbres que traíamos arraigados desde hace tanto tiempo.
Pero, por más que por momentos nuestro cuerpo duela, o no entendamos, o no nos reconozcamos, tenemos que tener la profunda certeza de que todo está bien como está. Que estamos en armonía con el Universo y que está y estará muy bueno jugar la partida, mover las fichas y descubrir ¿quién y cómo soy ahora?.
Porque hay algo que es seguro y es que de tanta transformación activa a la que estamos siendo sometidos, el diamante por fin va a lograr pulirse, y lo mejor de nosotros se verá manifestado. Toda nuestra luz por fin, todo nuestro brillo quedará al descubierto. Y seremos por fin, seres llenos de pureza sin capas y capas de pesos, ni de estructuras... Por fin, después de tanto tiempo, de tanta vida lograremos simplemente “SER”!!! 




No hay comentarios:

Publicar un comentario