MENSAJE DE UNA MARIONETA
Por Johnny Welch (Nº 92)
“Si por un instante Dios se olvidara de que soy una
marioneta de trapo y me regalara un trozo de vida, posiblemente no diría todo
lo que pienso, pero en definitiva pensaría todo lo que digo. Daría valor a las
cosas, no por lo que valen, sino por lo que significan. Dormiría poco, soñaría
más, entiendo que por cada minuto que cerramos los ojos, perdemos sesenta
segundos de luz. Andaría cuando los demás se detienen, despertaría cuando los
demás duermen. Escucharía cuando los demás hablan y ¡cómo disfrutaría de un
buen helado de chocolate! Si Dios me obsequiara un trozo de vida, vestiría sencillo,
me tiraría de bruces al sol, dejando descubierto, no solamente mi cuerpo, sino
mi alma. Dios mío, si yo tuviera un corazón, escribiría mi odio sobre el hielo,
y esperaría a que saliera el sol. Pintaría con un sueño de Van Gogh sobre las
estrellas un poema de Benedetti, y una canción de Serrat sería la serenata que
le ofrecería a la luna. Regaría con mis lágrimas las rosas, para sentir el
dolor de sus espinas, y el encarnado beso
de sus pétalos...
Dios mío, si yo tuviera un trozo de vida... No dejaría pasar
un solo día sin decirle a la gente que quiero, que la quiero.
Convencería a cada mujer u hombre de que son mis favoritos y
viviría enamorado del amor. A los hombres les probaría cuan equivocados están
al pensar que dejan de enamorarse cuando envejecen, sin saber que envejecen
cuando dejan de enamorarse. A un niño le daría alas, pero le dejaría que el
solo aprendiese a volar. A los viejos les enseñaría que la muerte no llega con
la vejez sino con el olvido. Tantas cosas he aprendido de vosotros, los
hombres...
He aprendido que todo el mundo quiere vivir en la cima de la
montaña, sin saber que la verdadera felicidad está en la forma de subir la
escarpada.
He aprendido que cuando un recién nacido aprieta con su
pequeño puño, por vez primera, el dedo de su padre, lo tiene atrapado por
siempre.
He aprendido que un hombre sólo tiene derecho a mirar a otro
hacia abajo, cuando ha de ayudarle a levantarse. Son tantas cosas las que he
podido aprender de vosotros, pero realmente
de mucho no habrán de servir, porque cuando me guarden dentro de esa maleta,
infelizmente me estaré muriendo".
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