martes, 26 de julio de 2011

EL MARAVILLOSO DESPERTAR DE LA CONSCIENCIA Por Sergio Lipp


DE ORUGA A MARIPOSA       (N° 80)
La humanidad toda está sufriendo la mayor metamorfósis de su historia y lo llamativo de esto, es que hay una parte importante de ella que parece no ser consciente de nada. Por supuesto, que no hay persona alguna que habita este hermoso planeta llamado por nosotros Tierra, que intuitivamente no sepa que algo importante está ocurriendo, aunque su mente se encargue de explicarle de miles de maneras distintas los sucesos diferentes que cada día ocurren, sean estos acontecimientos naturales o simplemente humanos.
Lo que está sucediendo, tal vez se pueda ejemplificar en forma sencilla, aunque desde ya es tan complejo, profundo, vasto y definitivo, que trasciende cualquier explicación humana de tercera dimensión. Ello es así, mis amigos porque lo que está ocurriendo ante nuestras propias narices es la transformación más importante de la historia del Planeta Tierra.
Supongamos que fuéramos orugas; ante los ojos de los demás no somos demasiado lindos, parecería que tuviéramos muchas imperfecciones, somos peludos y hasta según las distintas especies de que hablamos, a nuestro contacto producimos irritación.
Un día, sin que sepamos conscientemente porque eso sucede en ese momento, comenzamos a construír un capullo para ponernos adentro, que tampoco es demasiado agradable a la vista ni al tacto.
Durante mucho tiempo seguimos siendo una oruga pero en transformación. Externamente parecemos ser lo mismo, pero internamente estamos gestando a un ser que será distinto a nosotros mismos.
Paremos por un instante este relato y llevémoslo a nuestra condición humana. La humanidad, decía, se está transformando, pero a los ojos de la personalidad, o sea en la apariencia pura, no está pasando demasiado que no haya pasado antes. Sí suceden cosas distintas, dicen, pero no tanto como para después volver a ser más o menos lo mismo. En el ejemplo de la oruga, el capullo representa la transformación interna, repito, la metamorfósis se está produciendo pero, en apariencia todo sigue igual.
Sigamos con el relato: Esa oruga que está encerrada en su capullo, verdaderamente en un cierto tiempo, cuando la perfección de la naturaleza así lo determine, producirá la metamorfósis de transformarse en mariposa. No sin antes tener que librar su propia batalla por romper el capullo y realizar un importante esfuerzo por salir, sin ayuda alguna de lo exterior porque sino el proceso no funcionaría. 
Y lo cierto, es que si observáramos ese proceso ante nuestros ojos, se presentaría más feo que antes, porque muchos líquidos cubren a esa mariposa hasta que pueda salir y el sol y el aire y el propio esfuerzo, le permitan desplegar sus alas multicolores y comenzar a hacer lo que nunca antes ella misma creyó que haría: Volar.
A diferencia de la oruga - mariposa, los seres humanos tenemos libre albedrío, podemos elegir quedarnos como la oruga, aparentemente feos y teniendo que seguir transitando por la superficie, y continuando nuestra vida de la misma manera que lo estamos haciendo hasta ahora, o asumir el riesgo y prepararnos para, como la mariposa, desplegar las maravillosas alas multicolores y comenzar a volar... Libres y sin límites.




¿Vos que querés ser... oruga o mariposa?

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