jueves, 24 de marzo de 2011

APRENDIENDO A VIVIR EN UN NUEVO MUNDO Por Ruth Ross (Nº 76)

SANANDO MI NIÑA INTERIOR PARA EVOLUCIONAR



Miro dentro de mi a ver que aparece para escribir mi artículo para la revista, y veo un cúmulo de emociones, de energías manifestadas… Hay una conjunción de temas que pugnan por salir…
 Hay una ebullición interior…
¿De que hablarte en este mes de febrero del año 2011? ¿De qué? 
Podría quizás compartir contigo mis actuales procesos, mis actuales descubrimientos internos, las actuales manifestaciones de la luz expandida en mi corazón. 
¡Son tiempos tan locos y vertiginosos y movidos estos!.
¡Mi niña interior esta tan feliz y complacida de haber sido invitada a jugar este juego, de estar aquí en estos momentos, de acompañarme y de estar siendo liberada y saneada!.
Mi niña interior que volvió a ser en cada uno de los momentos a los que mi despertar me fue llevando, impulsandome desde hace muchos años, y que al llegar a Israel,  volvió a resurgir con muchísimas más fuerzas al reencontrarme con toda mi familia de origen. Alli fue acariciada y amada por mis padres, por mi hermana, por mis primos; y esa niña que fui, y que continuamente me acompaña, pudo volver a jugar, a sentirse fuerte y gloriosa. Se sintió al mando, tomó el control total de la situación y repartió amor a trocha y mocha, besó y amó a sus padres, acarició y se brindó y recibió todos los mimos que el amor le entregó.
A lo largo de mi vida esa niña que fui,  fue pasando por varios estadios. 
 El de estar totalmente herida y sola, el de estar replegada, el de estar escondida. 
Luego, cuando el momento de mi despertar llegó, su rescate comenzó a ser y a cada instante la invitaba a participar más y más en el proceso de mi vida, solo que dentro de mi vida y por estar recorriendo el camino que escogimos mi marido, mis hijos y yo como el verdadero, no todo el mundo se sintió cerca de nosotros. 
Hubo y hay muchos, muchos momentos de soledad y  los amo por que ellos me muestran a mi misma y puedo ver perfectamente mis defectos, mis virtudes, para así poder ir puliendo y haciendo brillar a la perfección ese carbón que comencé siendo alguna vez, para lograr que por fin el diamante que realmente soy quede totalmente a la vista, irradiando su verdadera luz.
Hubo otros muchos momentos en que esa Ruthita que fui y esta Ruth que ahora soy  pudimos interactuar, compartir experiencias con distintos hermanos del camino, compañeros de ruta que interactuaban  con nosotros casi como una familia, en distintos ciclos evolutivos.
Hubo y hay a Dios gracias, una constante intensidad de conexión junto a los “Seres de Luz”, la real familia de origen de cualquier ser humano, solo que la mayoría aún no lo sabe.
Y todo, todo eso, me muestra constantemente una gran unión con la totalidad.  En la que todos los momentos son uno. En los que el pasado, el presente y el futuro son uno solo; son el mismo, el aquí y el ahora. Y dentro de cada uno de nuestros procesos, de nuestros instantes de la vida, de cada cosa o aprendizaje que nos toque vivir, siempre inexorablemente volvemos al punto cero, siempre vamos a encontrar que en el círculo de la vida vuelve a repetirse una y otra vez alguna situación del pasado para ser saneada a la perfección, para que terminemos de pulirla, y en esa situación, solo cambia nuestra edad manifiesta en el planeta Tierra y quizás los actores de turno que junto a nosotros representan a la perfección la obra, y allí a cada instante nos vamos reconociendo, nos vamos redescubriendo, vamos creciendo, vamos evolucionando y vamos aprendiendo a que nuestros niños  / niñas internas deben poder ser libres, deben poder soltar sus alas , deben poder ser curados de todas sus heridas, deben poder perdonarse y perdonar para poder realmente guiar nuestra ruta, enseñarnos el camino que debemos recorrer para convertirnos en nuestro verdadero ser y por fin volar hacia la libertad.
Esa libertad que será consagrada cuando vuelva a mostrarnos brillantes y resplandecientes en luz, siendo amor puro y sin ningún tipo de murallas, ni de limitaciones. Esa libertad que nos lleve a nuestra tan ansiada evolución en la que volvamos a ser y a sentir como los ángeles que somos en realidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario