INVESTIGACIONES PARA DAR A LUZ UN NUEVO MUNDO (Nº 97)
IMAGINAR LA NUEVA TIERRA EN EL PRESENTE CON EL PODER DEL AHORA Fragmento del libro “LAS ENSEÑANZAS DE JESÚS”, que se está canalizando.
Por Alicia Sánchez Montalbán (www.agartam.com)
EL MUNDO NO TIENE FIN
Últimamente, muchos de vosotros andáis preocupados con la idea de que
el mundo llega a su fin. No sucederá.
Al igual que la energía no muere sino que se transforma, el mundo está
experimentando un proceso de transformación. Algo necesario para que el
universo continúe evolucionando en armonía, tal como lo ha hecho desde el
origen de todas las cosas.
No es que estéis siendo castigados, ni que el Padre/Madre se disponga a
mostraros su ira por las faltas y ofensas que habéis cometido. Es simplemente
un devenir natural en la evolución de la energía y de la materia.
Si lo vierais de este modo dejaríais de sufrir. Sufrís cuando imagináis
todas esas catástrofes con las que supuestamente la Tierra será devastada.
Sufrís cuando creéis que os tocará a vosotros o a vuestros seres
queridos, y es entonces, en medio de tanto sufrimiento, cuando os olvidáis de
que no sois cuerpos eternos, sino almas inmortales habitando en cuerpos
finitos.
¿Qué más da lo que vaya a suceder? Vuestra alma conoce la ruta y
comprende el proceso. Confiad en ella, en su sabiduría innata, para poder
avanzar con alegría y paz interior. Os apartáis de la paz interior cuando os
dejáis llevar por el miedo y la desconfianza.
¿Es que acaso, cuando teméis a la muerte, no os estáis olvidando de que
sois una parte de Dios que nunca perece? ¿No veis que sufrir porque vuestra
vida en la Tierra puede acabarse es el mayor apego al que os aferráis,
intentando evitar lo inevitable?
Vuestra vida en la Tierra se acabará justo en el instante en que llegue
el momento. Ni antes ni después. Por lo tanto, ¿por qué y de qué os preocupáis?
Y lo mismo sucede con la vida de vuestros seres queridos.
Terminará cuando llegue la hora. Exactamente en ese instante. Ni antes
ni después.
No existen los acontecimientos fortuitos que retiren a nadie de la
Tierra antes de que su alma decida marcharse por propia voluntad. El libre
albedrío es profundamente respetado en todos los planos de la existencia. Si
sois una parte de Dios, experimentando otras realidades más allá de sí mismo,
¿cómo no ibais a disponer de un atributo tan sustancial a Dios mismo? El poder
de elegir y decidir. ¿Cómo podríais crear nuevos mundos y conoceros a vosotros
mismos si no dispusierais de la capacidad de elegir en cada momento aquello que
consideréis oportuno?
Pero no os equivoquéis. Si bien es cierto que vuestras mentes
terrenales están eligiendo constantemente en qué pensar y enfocarse y, de ese
modo, atraen realidades y experiencias a vuestras vidas, es únicamente el alma
la que decide cuándo debe marcharse.
Es cierto que la mente puede influir e incluso impedir durante algún
tiempo que esa decisión se ejecute del todo, pero aún así, la única elección
válida en este sentido es la que realiza el alma. Por mucho que la mente diga
que quiere morir, si el alma considera que aún no ha llegado el momento, esa
persona no morirá. Podrá permanecer inmersa en una realidad intermedia durante
décadas, pero el alma no abandonará el cuerpo, hasta que ella misma decida que
ya no desea seguir experimentando en él.
Por lo tanto, hermanos, daos cuenta de la riqueza que podríais llevar a
vuestras vidas estando en permanente contacto con vuestra alma.
En vez de vivir ajenos a ella, presos de vuestras mentes, practicad la
conexión diaria con el alma que os da la auténtica vida. Tal vez así acabarían
vuestros temores. Tal vez así incluso podríais tener la certeza de cuándo llega
la hora de abandonar la Tierra y continuar
experimentando en otro lugar.
Si tuvierais plena conexión con el alma comprenderíais que no hay nada
que temer en cuanto a las profecías que anuncian el fin del mundo, porque el
alma sabe perfectamente lo que habéis venido a hacer aquí y hasta cuándo ha
planeado quedarse.
En verdad en verdad os digo, hermanos, que la Tierra no se destruirá,
pero sí se transformará. Esa transformación no pasará obligatoriamente por
medio de catástrofes y desastres naturales, como muchos de vosotros imagináis.
Sed conscientes de que al imaginarlo en masa y de manera constante lo
estáis atrayendo y creando, en cierto modo.
El gran plan evolutivo que incluye a la Tierra, pero también a todos
los planetas y estrellas de vuestro universo, no va a detenerse porque un solo
planeta está creando una orientación diferente a la del conjunto. Sin embargo,
ese planeta puede influir drásticamente sobre sí mismo si las mentes creadoras
de los seres que lo habitan se enfocan al unísono en una misma dirección. La
capacidad de cada planeta de transformarse a sí mismo es infinita. No lo es su
capacidad de influir en el Total.
Sucede lo mismo con vuestras almas. Un alma tiene absoluto poder de
decisión sobre sí misma, pero no sobre otras almas ni sobre el total. Recordad
que una de las leyes universales que más os afectan es que como es arriba es
abajo. Lo que es válido para el conjunto es válido para las partes que lo
componen, porque vosotros sois pequeñas extensiones de Dios, experimentando su
poder creador en realidades diminutas.
Así pues, si sabéis que podéis influir en el modo en que la Tierra se
está transformando, haciendo uso de vuestro poder creador en unidad, ¿por qué
no os planteáis uniros para imaginar, y por lo tanto crear, un modo más
armónico de transformaros?
En vez de imaginar todos a una que van a suceder tantas catástrofes,
imaginad unidos que los ecosistemas se regeneran a sí mismos. Son sabios y
antiguos. Saben perfectamente cómo hacerlo.
Imaginad también que los habitantes de la Tierra despiertan a su
auténtica verdad y dejan de hacerse daño a sí mismos, a los demás y al planeta.
Sois una parte de Dios. Sabéis cómo hacerlo.
Imaginad que el corazón de la Tierra comienza a latir en armonía con el
corazón de todos los hombres y mujeres, con el de los animales, con el alma de
las plantas, rocas y minerales. Imaginadlo. Sois capaces de crear una
transformación armónica. No os empeñéis en crear desastres y desolación. Cread
armonía.
Trascended el miedo confiando en quienes sois en realidad y en la
sabiduría de vuestra alma. Entrad en la nueva dimensión vibrando alto.
Vibrad bien alto y dejareis de dudar.
Vibrad bien alto y se acabará el miedo que os desconecta de vuestra
esencia.
Vibrad bien alto y vuestros sueños más elevados se harán realidad en
breve.
La Tierra se está transformando con gran rapidez. Es algo que ya nadie
puede cuestionar. Os estáis elevando hacia una dimensión superior, donde el
Amor y la conexión con la esencia guiarán la nueva vida en la que existiréis.
Es algo inevitable. Ha llegado la hora del gran final de la vieja energía, esa
que os mantenía desconectados del ser de luz que lleváis dentro y en permanente
lucha con vosotros mismos y con los demás.
No podéis detener el proceso, pero sí podéis influir en él con vuestra
capacidad creadora en acción. Unidos sois invencibles. Unidos podéis generar la
vibración deseada para transformaros en armonía.
Sed conscientes, hermanos, de que lo que suceda es vuestra responsabilidad,
pero no como un castigo impuesto por vuestras malas obras, sino como una
consecuencia natural de vuestro poder creador en acción.
Elegid, elegid cada uno de vosotros en este instante desde el corazón:
¿cómo deseo transformarme?, ¿caóticamente o en armonía? ¿Cómo deseo que se
transforme el planeta en el que vivo y todos sus habitantes?
Imaginadlo. Idead ese modo más elevado y enfocaros en él a diario.
Compartidlo con los demás. Hablad de él.
Sentidlo en vuestros corazones como una realidad, y comprobaréis por
fin y a gran escala la magnitud de la magia que lleváis dentro. Dejad de
pensaros a vosotros mismos como víctimas de un gran plan en el que ahora os
toca pagar por los crímenes cometidos. No habéis cometido ningún crimen. Sólo
habéis hecho uso de vuestro poder creador generando consecuencias nefastas
sobre vosotros mismos.
Aprovechad la poderosa energía de transformación que estáis recibiendo
desde el cosmos para provocar también la transformación desde el interior.
Uníos para crear. Uníos para imaginar la Tierra deseada. Dejad de hablar de lo
que otros dijeron que va a suceder y comenzad a hablar en todas partes de lo
que estáis creando como una realidad, como un hecho.
La nueva Tierra está llegando y lo está haciendo de manera armónica y
elevada. Ése es el pensamiento que más os ayudará. Sostenedlo. Instaladlo en
vuestras mentes y en vuestros corazones y no dudéis de él ni por un instante.
No dudéis de vosotros mismos.
Sois capaces. Podéis hacerlo. Es vuestra Verdad.
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