"EL MARAVILLOSO DESPERTAR DE LA CONSCIENCIA"
(N° 90) POR Sergio Lipp
LAS VERDADERAS INTENCIONES
Una vez le preguntaron a un sabio : -¿cuál es la verdad? Y el sabio respondió: -¿tu verdad, mi verdad o la verdad?.-
Hace un tiempo nos sucedió algo inesperado para nosotros; una persona de Venezuela, autora de uno de los artículos que pusimos en ese momento en la revista, nos escribió muy enojada, ofendida, diría yo, pidiendo que sacáramos su texto de nuestro blog y exponiendo en ese mail una cantidad de argumentos en contra de lo que nosotros habíamos hecho. Por supuesto, nosotros respetamos su voluntad y lo sacamos de circulación y simplemente le pedimos las disculpas del caso (aunque realmente no entendíamos cual era el motivo de su enojo). Además le expresamos que nunca había sido nuestra intención que le molestara la forma en que lo publicamos (sacar algunas partes no tan importantes según nuestro criterio, dejando lo esencial y unir en una sola parte, las dos en que se componían su artículo).
La verdad es que lo que sucedió me hizo reflexionar sobre lo que aquí escribo y eso es en definitiva, lo importante, porque así puedo dejar un mensaje más profundo que le puede servir a otras personas. Esta mujer, nunca nos dio la mínima posibilidad de que le pudiéramos expresar con cuanto amor y respeto hacemos nuestra revista, que si no consideraríamos que cada artículo que ponemos no merecería la pena de ser difundido, desde ya no lo haríamos. Que en su caso en particular las partes que sacamos (que no son muchas) obedeció simplemente a que no disponíamos de tantas páginas para poder ponerlo completo, ni tenía mucho sentido publicarlo en dos veces, porque sentimos que perdería comprensión para quienes leen la revista, y en realidad, nos gustó tanto, que sentimos que era muy importante que lo diéramos a conocer en ese momento, así que decidimos ponerlo igual.
La verdad, es que una vez más nos surgió aquello de que “las cosas nunca son lo que parecen”. Nosotros, los seres humanos, estamos demasiado acostumbrados a quedarnos simplemente con lo que aparenta ser, con las acciones, con la personalidad. A escuchar solo una parte y a sacar conclusiones de acuerdo a lo que nosotros pensamos o creemos, a nuestro punto de vista, sin tener en cuenta, ni darle la oportunidad al otro, para que nos explique su propio punto de vista de lo que sucedió.
Las relaciones humanas siempre tienen las distintas campanas de todas y de cada una de las partes que componen esa relación. Para acercarnos a la verdad, tenemos que ser capaces de discernir y de tratar de ir más allá de lo aparente. Para descubrir las Verdaderas Intenciones, que es hacia donde tenemos que apuntar, debemos dejar pasar lo que a nosotros nos produce lo que pasó y luego intentar bucear en la verdadera naturaleza del hecho o acción. Es fundamental intentar desapegarnos emocionalmente, pero por sobre todas las cosas, darle la oportunidad al otro a que se exprese.
Tal vez así podamos aprender finalmente una de las verdades más absolutas: Nuestro ego, nuestra personalidad, nuestra estructura de pensamientos, solo nos da una parcial y aparente verdad, que en general poco tiene que ver con las auténticas intenciones de esa aparente verdad.
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