"APRENDIENDO A VIVIR EN UN NUEVO MUNDO"
(N° 90) Por Ruth Ross
ENTRE IDAS Y VUELTAS
Por momentos nuestros cuerpos gozan de un inusual vigor, de un rejuvenecimiento total que nos conduce e impulsa a hacer continuamente y sin parar, y, por el contrario, nuestro proceso de cambio nos pone en situaciones de paz y descanso en los cuales carecemos de fuerzas hasta para hablar.
En estas idas y vueltas, en estos momentos de entrega total de nuestras vidas, vamos viendo suceder a nuestro alrededor y en nosotros mismos infinidad de cambios, infinidad de situaciones.
Somos observadores de lujo en un momento de gran intensidad cósmico / planetario / humano que estamos viviendo. Somos observadores participativos energéticos, ya que aquellos que venimos trabajando para ayudar a nuestra querida Gaia a producir su metamorfosis, estamos absolutamente conscientes de estar permanentemente asistiendo energéticamente en esta gran transformación.
Este período, tal como te he venido hablando en otras ediciones desde esta columna, nos trae un alejamiento de aquellos que han pasado por nuestras vidas y que ya no tienen que hacerlo más (en algunos casos porque cambian de plano), y por otra parte el acercamiento de los que en estos tiempos tienen que compartir algún momento o más junto a nosotros. En este proceso se nos fue una gran com
pañera para nuestra familia, nuestra perra “Manchi”, quien partió para evolucionar y seguiriluminándonos desde otro plano, y se han ido acercando a modo de reencuentro, amigos y hermanos del camino a los cuales hacía años que no veíamos, y a la vez, se nos van sumando nuevas tareas con nuevos hermanos, con los que en otras oportunidades, en otras vidas, hemos trabajado juntos, por lo que el reencuentro se da con una familiaridad y una naturalidad inmensas, agradeciendo a la Luz por esta etapa. Este es un tiempo en el cual tenemos la obligación de permanecer siempre “presentes”, siempre en el “eterno ahora”, siempre “atentos”. Ya que la velocidad de las mutaciones temporales espaciales son tan intensas, que de otro modo se nos pasarían de largo los nuevos planes que el Universo trae para nosotros y para la humanidad.
Es una época para percibir todas las cosas que se nos van presentando para ser saneadas, distintas situaciones o personas, todo está dispuesto para que nuestro viaje evolutivo nos continúe situando cada vez más alto. Es un período para encontrarnos con nosotros mismos, para mirar para adentro dejando de criticar y de prejuzgar, soltando por completo a los demás y soltándonos a nosotros mismos. Gozando de la libertad y de la paz interior que nos trae el hecho de trabajar intensamente con lo que se llama “desapego”. Estamos en un punto en el cual todo surge plenamente del UNO, de nuestro interior, desde donde encontraremos nuestra más profunda luz, esa que nos ayuda a crecer en forma constante y que expandiremos permanentemente para iluminar a nuestra Gaia y humanidad.
Es por ello que como siempre lo hago, desde esta sección, te insto a hacer tu trabajo interno, a que olvides por completo tu pasado y te alejes del futuro que aún no llegó. Vive tu presente, céntrate en tu respiración, céntrate en el aire que entra desde la Fuente Divina transformando en Luz, Amor y Perfección Divina todo a su paso. Perdónate, perdona a los demás, ama, y fluye… Conviértete en espectador de tu vida y deja todo en las manos del Universo, observando la magia de la transformación.
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