TERREMOTO ENERGÉTICO 2
Mientras envío luz y sanación a nuestros amados hermanos del Japón, miro una a una las imágenes de la devastación. Veo como las casas, autos, barcos, trenes y todo lo que hubiera a su paso fue tragado por la inmensa ola. Y, cual si la estructura y peso de esas cosas materiales hubiera sido la de un castillo de naipes, todo quedó de pronto transformado en la nada…Observo la devastación y el estado en que quedaron convertidos los espacios que antes albergaron personas con sus vidas medianamente hechas, y una cotidianidad en su vivir, asi como también miro la nada de lo que otrora habrán sido bonitas estructuras edilicias.
Veo como el dolor, la pérdida, la soledad, la impotencia y la muerte, de un minuto para el otro se sitúan en un lugar, de la mano de la Madre Naturaleza que tiene que transmutar a nuestra Gaia, a nuestra bendita humanidad y me pregunto: ¿Podrán las personas de nuestro planeta darse cuenta de lo que es la vida? ¿Podrán reaccionar viendo que no somos nada de lo que nos creemos ser? ¿Podrán iluminarse a que ante una situación tan rotunda, transformando la vida de un pueblo, no existen cargos, títulos, poderío, dinero? ¿Podrán darse cuenta de que en un lugar devastado da lo mismo ser príncipe que mendigo, o el que tiene un título terciario o universitario, como el que solo hizo algunos años de estudio o nada? ¿Podrán entender que lo único que queda ante semejante situación es arremangarse, respirar profundo y comenzar todo de nuevo? ¿Podrá ver la humanidad a través de estas tristes imágenes, que cuando nos sacan los espejos de colores solo quedamos nosotros mismos? ¿Podrá la humanidad comprender el mensaje que lo único que importa es nuestro Ser Superior que está albergado en lo más profundo de nuestro interior?
Cuando hace unos meses escribí en mi columna la nota llamada “Terremoto Energético”, y en ese mismo momento supe que comenzaría a dar charlas sobre ese tema, y aún sabiendo todo el proceso que nuestra Tierra y humanidad tiene que ir pasando para su ascensión, aún no tenía en claro qué y cuando sucedería algo a nivel planetario. Y la respuesta llegó sin hacerse esperar. Miles de almas eligieron partir a través de un terremoto, de un tremendo tsunami en Japón. Miles de almas eligieron irse, ascender para darnos una lección. Para mostrarnos lo que tenemos que aprender… Y somos miles de millones en la Tierra los que tenemos que aprender de esta situación, los que tenemos que despertar, lograr hacer nuestro proceso y ascender.
No es solo Japón, como no lo fue antes solo Haiti o Chile, los que están pasando por esta situación… Me refiero a esta situación vivida intensamente. Sí, son ellos… Pero… En todo esto hay algo más… mucho más profundo, y es el terremoto energético en el que los miles de millones que integramos este planeta nos vemos sumergidos. Es sentir el movimiento y la devastación en nosotros, en cada uno de los cuerpos que nos forman, en nuestro ser. Es sentir que todo se nos mueve y muta sin que nosotros nos demos cuenta…
A veces una angustia gigantesca nos agobia sin saber muy bien el porque. Y la respuesta no es otra que nuestra propia transformación, es el hecho de dejar de movernos en un mundo que para nosotros era hiper conocido para empezar a descubrir a cada instante que será lo que vendrá… Y eso nos sacude… nos quita la estructura de falsa tranquilidad que nos traia la seguridad de saber lo que venía a continuación en nuestras vidas, para de golpe tener que empezar a vivir dentro de la total incertidumbre. Y no siempre es fácil no pisar sobre un piso firme sin saber lo que encontraremos adelante… No es fácil despojarse de lo que creíamos conocido para deambular en el mundo de una aventura para ser explorada, descubierta, vivida; siendo que esta aventura que debemos transitar es nuestra propia vida vivida desde un lugar totalmente nuevo para nosotros.
Además de trabajar enviando cantidades de luz para todos los que lo necesiten en Japón y en el planeta, debemos aprender a pulsarnos a nosotros mismos en el aquí y ahora, debemos aprender a tener fe de que el Universo, o Dios, o como quiera que lo llames de acuerdo a tu sistema de creencias, va a actuar en consecuencia para traer a nuestra vida el mejor aprendizaje para nuestro crecimiento evolutivo. Y sobre todo, debemos empezar a “hacernos cargo”, y como siempre desde aquí te digo, tomar las riendas de nuestra propia vida, desde nuestro ser superior y lograr encontrar la salud y la felicidad en este nuevo mundo que de ahora en más nos toca vivir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario