Este símbolo nos habla de unión universal, pero también de la Presencia Divina en el Todo.
No hay límites, el espacio es uno.
No hay tiempo, todo es uno.
Todo está interrelacionado junto a cada uno de nosotros esperando asistirnos en el momento adecuado.
El momento del despertar de la consciencia dejando de ser un ego individual y pasando a ser uno con el Todo.
La Fuente, la integridad, y la puerta dimensional que eternamente nos está invitando.
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