domingo, 27 de febrero de 2011

EL MARAVILLOSO DESPERTAR DE LA CONSCIENCIA Por SERGIO LIPP (Nº 75)


ESPERANDO EL MOMENTO
Cuenta un antiguo relato hindú la historia de uno de los tantos ancianos sabios de la India, quien luego de transitar un largo recorrido caminando, se sentaba a descansar en posición de loto abajo de un árbol esperando para cruzar el río que se encontraba frente a él. Ante él se acercaban distintos viajeros con el mismo objetivo que el anciano. Algunos le preguntaban que era lo que estaba haciendo y él, mirándolos a los ojos, simplemente les respondía: esperando el momento para cruzar.
Ante esa lacónica respuesta, estaban los que se metían en el río lentamente, y viendo que aparentemente no era muy profundo, inten- taban cruzarlo. Algunos eran arrastrados por la corriente no pudiendo saber nadie donde terminarían. Otros se ahogaban cuando aumentaba súbitamente el caudal del río y los agarraba en la mitad del cruce. También estaban los que decidían caminar sin pausa bordeando la orilla para ver si en algún trecho cercano encontraban piedras o algún accidente geográfico que pudiera facilitar su objetivo, cosa que usualmente no ocurría aunque transi- taran muchísimos kilómetros de donde se encontráran.
La realidad era que nadie decidía quedarse esperando al lado del anciano. Pero la verdad, era que el sabio sabía que en algún momento del atardecer, ese río tenía una particularidad: disminuía su caudal permitiendo a quien quisiera cruzarlo hacerlo caminando lo más tranquilo, casi sin mojarse los pies.

La vida en nuestra sociedad tiene una premisa fundamental, aceptada por gran parte de la humanidad: esta es estar en movimiento constante, accionar, pensar, estar ocupado.
Nadie se detiene a encontrar las respuestas exactas a todo lo que suceda a su alrededor.
Nadie ni siquiera tiene la certeza de a donde ir o de qué manera, pero sigue a otros,  que simplemente por haberlo hecho antes, se transforman en guías a seguir.
Y por supuesto, cuando tienen la posibilidad de encontrarse con alguien que pueda indicarles o mostrarles la verdad acerca de sus dudas, seguramente no es tenido en cuenta porque la mayoría de quienes lo rodean piensa otra cosa.
Este es el mundo al cual pertenecemos y que está cambiando a pasos agigantados. Parecería que no es así, porque la mayoría de las personas sigue aún el vértigo del movimiento, acostumbrado de como eran las cosas en el pasado. 
Hoy, en realidad, es tiempo de escribir la historia nuevamente. 
Pero primero lo que tenemos que hacer es simple y difícil a la vez.
“Parar” a nuestra mente y a nuestros sentidos, para así ser capaces de “Esperar el momento” en el que fluya la sabiduría interna que nos pueda indicar por donde debemos transitar, ¡Y quien sabe!, tal vez sea un nuevo camino por el que aún nadie ha transitado hasta hoy.
El desafío de estos tiempos es muy fuerte y contrastante, por un lado parecería que más tiempo y dedicación debemos emplear para continuar con nuestra vida cotidiana, y por otro lado, es eso mismo lo que no nos permite poder ver las cosas con claridad y saber, en verdad, como tendríamos que seguir nuestra vida. Solo puedo decirles que tal vez, si nos seguimos empecinando, todo nos será más costoso.

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